Cuatro de cada cinco armas que salieron a subasta hace unos días en la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real han quedado sin comprador, por lo que según la normativa vigente, serán reducidas a chatarra.

El total de armas a disposición de los interesados era de 502, un 40% más que en la última subasta celebrada hace dos años, aunque 28 de ellas fueron retiradas de la puja antes de que finalizara el proceso de adjudicación. Al final, una vez vistas las ofertas presentadas, se han adjudicado sólo 92; el número de armas que serán destruidas es de 382, el 80% del total a subasta.

La mayoría de las armas que subasta habitualmente el Instituto Armado han sido depositadas por sus dueños que han preferido deshacerse de ellas al caducar la licencia o por personas que las han heredado tras fallecer los titulares. En cualquier caso, en el plazo de un año o se legalizan, se inutilizan o se transfiere a una persona que no tiene licencia de armas y es cuando pasan a subasta.

De este modo, el 85% de las armas salen a subasta porque ha caducado la licencia y el 15% porque han sido intervenidas por orden judicial o vía administrativa, es decir, por haber sido utilizadas en algún hecho delictivo o haber cometido el dueño una infracción administrativa o penal.

Cazadores. La mayor parte de las personas interesadas en estas subastas son cazadores que acuden en busca de armas largas, bien porque están empezando y no quieren hacer un desembolso importante o porque se puede encontrar armamento valioso a un precio inferior del mercado.

También acuden coleccionistas en busca de ‘joyitas’, armas antiguas del siglo XIX o principios del XX.

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