Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


La morosidad del aeropuerto lo aboca al cierre

27/11/2023

Siempre he dicho y sigo manteniendo que el aeropuerto ha tenido tres etapas muy diferenciadas. La primera, desde la idea originaria hasta su construcción y puesta en funcionamiento, desde 1996 a 2010. Una etapa donde primaba la especulación, pero se buscaba el negocio, lícito en cualquier empresario. La segunda, la del concurso de acreedores desde 2010 a 2018. Una etapa lenta que impedía hacer justicia económica por su lentitud y alejaba la infraestructura de los mercados. Y, una tercera, desde la adjudicación concursal hasta la actualidad. Una etapa, ésta última, que ha resultado ser una falsa apariencia de la realidad con una adjudicación basada en planes falsos de negocio como se ha podido constatar en el tiempo. Durante las tres etapas, en unas con mayor énfasis que en otras, se ha olvidado que el aeropuerto, aun siendo de gestión privada, nunca ha dejado de ser de interés general del Estado, declarado el 5 de mayo de 2006 mediante la Orden de Fomento 1510/2006. Por ello, el cierre por morosidad llevará aparejada también una sanción. 
Esta semana pasada, con la clausura de las jornadas del ferrocarril en la ciudad y escuchando la conferencia sobre el ferrocarril de alta velocidad entre las ciudades de Dallas y Houston, que lidera España, no podía evitar que se activase mi memoria recordando los encuentros del aeropuerto de Ciudad Real en los años 2007 y 2008 con esa ciudad de Estados Unidos, más en concreto con el aeropuerto de Dallas Fort Worth donde opera un puerto interior, que incluye rutas de carga aéreas, terrestres y ferroviarias. Un proyecto similar al primitivo proyecto aeroportuario de Ciudad Real. Llegamos al aeropuerto de Dallas de la mano del propietario del mismo y futuro inversor para esta ciudad Ross Perot, Jr. por tratarse de dos aeropuertos con la misma filosofía logística con el fin de realizar intercambios de trafico de mercancías. 
Después, al año siguiente, y dentro del mismo estado, el aeropuerto de Ciudad Real volvió a presentar el proyecto de conexión de la Alta Velocidad Española con el aeropuerto en este caso de la mano de la Universidad de Texas, en College Station, una ciudad que precisamente contará con nueva estación de tren dentro del proyecto privado de Alta Velocidad entre Dallas y Houston, esta vez ante un concurrido foro de inversores y de compañías aéreas acompañados de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la UCLM. En esta segunda visita a Texas y dentro de los contactos comerciales, ferroviarios y aéreos, se produjo igualmente un encuentro comercial dentro de la terminal ferroviaria de Laredo en lo que es el corredor de mercancías que va de México a Canadá atravesando EEUU. Uno de los más importantes del mundo.
Al día siguiente de activarse mi memoria, recordando el aeropuerto, una nueva notica de primera página de La Tribuna me devolvió de bruces con la realidad: el enésimo aviso de cierre del aeropuerto de Ciudad Real por impago de los servicios al principal proveedor que tiene para la navegación aérea. A medida que transcurre el tiempo me reafirmo en la errónea decisión de la forma de adjudicación del aeropuerto. 
En la decisión final fue el juez, guiado por los administradores concursales, quien decidió entregar el aeropuerto y todos sus activos al actual propietario a sabiendas de que no había posibilidades de que funcionase por la falta de garantías económicas, por la morosidad contrastada con Hacienda y por el currículo del adjudicatario. Presentó un plan de negocio falso y apócrifo, engañando a sabiendas a los administradores y al mismo magistrado. Reproduzco, un solo párrafo, de una de las muchas cartas que envié en aquel momento, año 2017, a quienes tenían la posibilidad de parar o influir en la decisión final, antes de adjudicar definitivamente una infraestructura de vital importancia para la ciudad y provincia y que decía: 
Con la forma de gestión de los administradores, con las resoluciones y autos del juzgado, con la forma de proceder de la empresa adjudicataria «provisionalmente» en la última subasta judicial, sin proyecto y sin dinero, el aeropuerto se devalúa cada día un poco más y pierde toda posibilidad de ser un elemento de desarrollo de la provincia. Qué menos que demandar una rápida y eficaz gestión de quienes son los responsables en estos momentos de la infraestructura, en el séptimo aniversario, administradores concursales y juzgado mercantil, para no seguir haciendo el ridículo nacional. Si es necesario acudir a una subasta internacional, cosa que por otro lado no sé por qué no se realizó en su día, hágase con la ayuda institucional, incluso para redactar un cuaderno de ventas donde estén presentes todas las oportunidades de la provincia. 
Quienes recibieron las cartas, representantes políticos e institucionales, lo recordarán perfectamente porque muchos me contestaron además diciendo que ellos tenían otra información.