Desde el año pasado, Ciudad Real cuenta con un convenio en el que se incluye la nueva medida aprobada ayer por el Consejo de Ministros para paliar los efectos del cambio climático. El convenio de la Construcción tiene un acuerdo, dentro del calendario laboral anual, que «consiste en que entre el 15 de julio y el 14 de agosto la jornada será de 7 horas, pudiendo empezar entre las 7 y las 8 y acabar entre las 14 y las 15 horas, con una serie de excepciones muy tasadas». Se trata de un acuerdo que se alcanzó tras tiempo de negociación y compromisos entre empresas y sindicatos, que incluye «pautas y recomendaciones establecidas en la normativa de prevención y en las recomendaciones del Instituto de Seguridad y Salud en el trabajo para el estrés térmico», en palabras del presidente de la Asociación Provincial de Empresarios Construcción, Manuel Carmona. «Son condiciones que la construcción ya lleva tiempo implantado en muchas provincias y que, independientemente del convenio, la propia normativa en prevención ya prevé cuándo analiza los factores de riesgo por condiciones climatológicas» y que afectan a 14.000 empleados de la provincia. Este 2023 será el segundo año en que se aplique esta medida y «desde APEC, pero también desde los sindicatos y las administraciones, fue positiva». «Quitando las dudas de los primeros días, las empresas adaptaron sus horarios, su ritmo de trabajo a la intemperie (que es donde se focalizan las medidas) y hubo acuerdos entre empresas y trabajadores para esta adaptación». Además, Carmona recordó que un trabajador no esté expuesto a las altas temperaturas sin medios adecuados, «no es una cuestión de convenio o de acuerdo, sino que viene regulado desde hace tiempo en la ley de prevención de riesgos laborales» y lo que se hizo fue trasladarlo al convenio. «Habrá que regularlo en todos los convenios», indicó el secretario provincial de CCOO, José Manuel Muñoz, señalando el convenio del Campo, que se encuentra pendiente de resolución y para el que se vuelvan a reunir las partes, o Limpieza. Son trabajos que «se desarrollan en el exterior y en los que es más probable que haya problemas».