En este sentido, la concejal de Urbanismo, Raquel Torralbo, ha expuesto que el proyecto cuenta con tres apartados claves. El primero es el trabajo sobre el entorno con un aparcamiento en superficie que tendrá capacidad para 51 plazas y un solado que simulará el empedrado antiguo aunque realizado con material antiguo. El segundo apartado es el trabajo sobre los restos antiguos aparecidos en el proyecto y que implicará su puesta en valor y la posibilidad de visitarlas, a pesar de que el último informe arqueológico dispuso que bastaba con dejarlos en su estado inicial, tapados como estaban. De este modo, en el foso se ubicará un suelo de cristal para poder verlo desde arriba y las galerías aparecidas se reforzarán y contarán con una cubierta para evitar la entrada de lluvias. El último apartado es el propio arco en el que se eliminarán añadidos que son falsos históricos y se recuperará el estado que, dijo, tuvo anteriormente.
"Vamos a invertir en restaurar y consolidar estos restos para que el mundo conozca lo que hay", dijo Torralbo, con el recuerdo de que la zona no se puede visitar desde hace más de una década, desde el año 2006 cuando empezaron los trabajos de un aparcamiento subterráneo que no se pudo realizar al encontrarse los restos arqueológicos.
El proyecto se ha aprobado y ahora entra en contratación para preparar los pliegos de cara a su licitación. Esto implica unos tres o cuatro meses que se deberán sumar a los nueves meses aproximados que tiene el proyecto de ejecución.