Hace dos años el atletismo popular lloraba la repentina muerta de Alberto Costilla García, conocido popularmente como Alberto 'El Sombrilla'. El Quijote Maratón fue su última carrera antes de morir. Era su 145 maratón y la décima edición en la que tomaba parte, de ahí que ahora un grupo de amigos haya decidido rendirle un homenaje en la carrera de este domingo.
Miguel Ángel Molina, un jienense de 51 años afincado en Valencia y que guardaba una relación especial con Alberto 'El Sombrilla', es uno de los integrantes de un grupo que este domingo volverá a correr por las calles de Ciudad Real, recordando su memoria.
Un día antes todos ellos participarán en el II Memorial Alberto 'El Sombrilla' en la Sierra de Alcaraz (Albacete), en un maratón de montaña, y desde el que se dirigirán directamente a Ciudad Real.
Miguel Ángel Molina, corriendo con la popular 'sombrilla' en la edición del Quijote Maratón 2022. - Foto: Rueda VillaverdeAsí, quieren ver cumplido el deseo del que fue más que un amigo y que acumuló en sus piernas un sinfín de pruebas de larga distancia, dando en todo momento ejemplo de superación y de vida sana con el atletismo como motor de vida.
El propio Miguel Ángel Molina completó el Quijote Maratón de 2021 junto a 'El Sombrilla' y resalta que él «era un maratoniano de corazón. La de Ciudad Real fue su última prueba y queremos rendirle este homenaje. Nosotros disfrutamos del maratón, para nosotros es un día de fiesta y forma parte de nuestra vida», asegura este atleta, que desde 2014 ha corrido ya 81 maratones y el de Ciudad Real será el 28 en este año 2023.
Por reglamento el control se cerrará 5 horas después de la salida, que se dará en el parque Gasset a las 9 de la mañana, de tal forma que debido a la edad de las personas que participarán en el homenaje y que además vienen de correr el día anterior la prueba en Alcaraz, podrían quedar fuera de ese tiempo que se concede por parte de la organización para terminarlo. Sin embargo, eso no será un problema para ellos, que están dispuestos a concluir la prueba, «aunque sea corriendo por las aceras. Lo importante es terminar para poder honrar su memoria y hacer lo que a él tanto gustaba», recuerda Molina, que portará la ya famosa sombrilla sobre su cabeza: «Si no corro con ella ya me falta algo», confiesa emocionado, al pensar que vuelve a la ciudad donde su gran amigo corrió por última vez, como así quiso el destino.