Según la última EPA, la que se cerró a finales de septiembre, en Castilla-La Mancha hay más de 900.000 personas trabajando, una cifra récord para la región. ¿Pero cómo está formada esa clase trabajadora castellano-manchega?

Para empezar, está compuesta por más hombres que mujeres. Del total de ocupados que hay, ellos son 516.900, mientras que ellas se quedan en 385.500. Los varones representan el 57,3 por ciento del total mientras que las mujeres son el  42,7 por ciento restante. 

Por edad, el grupo más numeroso es el de los 45 a los 54 años, más o menos coincidiendo con los que nacieron en la década de los setenta. Suman 257.700, más de una cuarta parte del total. Le sigue la franja de 34 a 44 años, con 228.400, y luego la de más de 55, que aporta casi 190.000. Entre los más jóvenes, hay 172.800 trabajadores entre 25 y 34 años, y luego ya baja a 47.100 entre 20 y 24 años. Hay 6.600 adolescentes de 16 a19 años trabajando. 

Por grandes sectores, el trabajo se concentra sobre todo en el de servicios, donde están ocupados 636.000 castellano-manchegos, más de dos tercios del total. En el segundo puesto, aunque a distancia, figura la industria, con 142.500 trabajadores. La construcción suma otros 75.000 trabajadores y la agricultura 48.900.

Por nivel de formación, la mayoría de los ocupados tienen estudios superiores, pues son en total 345.500. No son pocos los trabajadores con la primera etapa de educación secundaria: 292.500. Hay otros 108.700 que tienen la segunda etapa de secundaria. Trabajadores que solo tienen los estudios primarios son 49.700.

La mayor parte de los empleos se generan en el sector privado, con 731.100 ocupados, pero no es pequeño el número que aporta el sector público: 171.200. Representan casi un 19 por ciento del total.