El Punto violeta, una de las novedades de esta Pandorga y que tendrá su continuidad en la Feria, atendió este lunes, durante su primera jornada de actividad, a una joven que tenía un ataque de ansiedad tras ser asegurar que fue agredida sexualmente durante los actos de ‘zurra’ en el recinto ferial. La joven fue tocada y acosada y recibió el apoyo de quienes conforman la asociación Usawa, profesionales de la primera promoción del grado en igualdad del Instituto de Educación Secundaria Atenea.
«Vinieron un chico y una mujer a buscarnos al Punto violeta y yo fui la técnica que me fui con ellos», relata Gema Alañón, integrante de Usawa, y que este lunes estuvo en la ‘zurra’, primero repartiendo material de concienciación durante las primeras horas y después atendido a la joven. «La joven tenía un ataque de ansiedad bastante grande y estaba en shock porque no sabía atajar el tema», dijo Alañón. En ese momento la acogieron y caminaron con ella hasta el Punto violeta, donde se puso en marcha un protocolo diseñado para las fiestas de San Fermín y que en Ciudad Real se ha calcado «porque tienen mucha más experiencia». Supone, primero, dar atención sanitaria u ofrecer agua, y luego relatar sin datos lo ocurrido, para que sea la mujer la que decida si denunciar de forma oficial o no.
Un Punto violeta cuenta con técnicos, no son agentes de la autoridad ni sanitarios. Primero se ofrece atención profesional, para lo que se ubican cerca de la atención sanitaria y para terminar se abre esa ficha de la incidencia en la que queda marcada la hora y lo ocurrido, sin datos de edad ni de nombre. Por este motivo se desconoce si era menor la joven atendida en la agresión sexual. «Se trata de relatar qué pasó, cómo se ha solucionado y si alguien alrededor ayudó o hubo indiferencia por la gente». El objetivo es saber lo que ocurre en las fiestas y evitar el señalamiento público de una denuncia o si es menor y ha bebido, que se llame a sus padres.
Tras realizar esta serie de actuaciones la joven optó por no denunciar los tocamientos que había sufrido a los agentes de la autoridad y al tranquilizarse se fue a casa, relató la integrante de Usawa
«Eperábamos que hubiera incidencias y considero que hubo muchas más en la ‘zurra’», dijo Alañón. «Es verdad que Ciudad Real es pequeña y hay mucho rechazo a este tipo de ayudas por las represalias y el qué van a decir o si lo sabrá todo el mundo», apuntó al referirse a esta primera atención, ocurrida en la primera jornada de actividad de un punto violeta en las fiestas de las capital. En este sentido, la técnica recordó que «no fue la chica sino una mujer y un chico» quienes vieron la situación y actuaron, dijo Alañón, quien este lunes, junto al resto de compañeros de Usawa salieron para informar y atender ante estas situaciones.
La iniciativa con lo ocurrido muestra así su utilidad en una ‘zurra’ en la que hubo campañas de concienciación e informativas de organizaciones como WADO Lgtbq o la asociación Aproi, también de técnicos de igualdad, así como del Centro de la Mujer de la capital.