"La solidaridad con el Sáhara difiere a la política con Rabat"

H. L. M.
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Tras tres años sin Vacaciones en Paz en la provincia de Ciudad Real este verano regresa el proyecto. Lo hace tras la pandemia y el cambio de posición de España con el Sáhara. El presidente de la asociación encargada del proyecto habla de esos cambios

La solidaridad con el Sahara difiere de la política con Rabat - Foto: Tomás Fernández de Moya

Evitar a 70 niños un verano a 50 grados es el objetivo desde el que parte el programa Vacaciones en Paz este verano. Un año en el que se parte de cero y que como novedad traerá a ocho niños con discapacidad.

¿Qué importancia tiene que se haya recuperado Vacaciones en Paz?

Importa porque se vuelve a retomar la actividad de todos los años, antes de la pandemia, para hacer una buena labor solidaria, con los niños que están en el desierto, que pasan a 50 o 60 grados el verano. La familia que lo acoge tiene una experiencia bonita, se recupera otra vez la solidaridad con el pueblo saharaui.

¿Cómo han sido estos años para la gente del Sáhara con la pandemia?

Ya es difícil la vida, el día a día, pues con la pandemia ha sido horrible. Han sido unos años muy difíciles. Por eso, el empeño de las asociaciones saharauis es retomar otra vez los tiempos de antes, para sacar cuantos más niños de allí, mejor.

El correo solidario sí que ha seguido funcionando estos tres años...

El correo solidario ha seguido funcionando siempre y el proyecto de los alimentos también. De hecho, hace dos días que vino Sheriff, el saharaui que va con la furgoneta, con el correo, y ha estado repartiendo paquetes y cosas para las familias que han enviado allí. Eso ha sido una pequeña ayuda ante lo mal que lo han pasado. El proyecto de alimentos ha funcionado con mucho más ahínco si cabe, para que allí no tengan esas deficiencias. Es un proyecto de la Diputación. Está volcada y me interesa recalcar eso porque si no fuera por la Diputación, nosotros no existiríamos.

Llama la atención que sea una administración socialista la que apoya vuestra labor en el Sáhara, cuando ha sido el PSOE el que ha cambiado el reconocimiento del Sáhara...

No tiene que ver nada una cosa con otra. Una es la solidaridad y otra cosa son los temas políticos a gran escala. Yo entiendo que cuando el presidente del Gobierno ha hecho lo que ha hecho, tiene que tener sus razones. Es lo mismo que aquí el presidente de la Diputación tiene sus razones para ayudar a esta gente. En la política nacional, depende mucha gente que se tome un acuerdo con Marruecos, como los caladeros de pesca, donde muchas familias, dependen de que con Marruecos esté bien el tema económico. Hay muchísimos factores que tenemos que analizar fríamente. Tiene que haber algunas razones que a lo mejor a nosotros, a mí el primero, se me escapan, pero las cosas no se hacen porque sí. Esto no implica que esa razón, que puede ser entendible más o menos para ciertas personas, luego haya gente, como el presidente de la Diputación de Ciudad Real, que se vuelque, que diga que se gastan casi 300.000 euros este año en ayudar a los pueblos saharauis.

¿Y no cree que este cambio puede suponer algún cambio también en el programa de Vacaciones en Paz? Que haya quien no quiera la ayuda porque sus hijos van a un país que ya no es neutral en el conflicto...

Una cosa son los temas políticos a nivel de gobiernos tanto del Sáhara como de España y otra es la ciudadanía de a pie. La gente del Sáhara está encantada con que sus niños vengan a España y los españoles de a pie como nosotros estamos encantados de acoger a esos niños. No tiene que ver nada una cosa con otra. También hay declaraciones de los dirigentes saharauis que se salen de tono bajo mi punto de vista. No se puede decir que se rompen las relaciones, porque si se rompen te quedas sin ayuda. Yo intento ser lo más neutral posible. Nosotros no podemos solucionar el tema saharaui porque no está en nuestras manos, lo que podemos hacer es ayudar como asociación. Eso es lo que hacemos, ayudar.

¿Los niños que vengan estarán vacunados o han pasado el Covid?

No lo sé sinceramente. Habrá niños que estén vacunados y niños que no, porque la campaña de vacunación allí no ha sido como en España. Por eso, el año pasado nos negamos a participar en el programa como federación porque entendíamos que la situación estaba todavía mal. El COVID ya es una cosa más entre nosotros y hay que convivir con él. Si están vacunados como si no, habrá que asumir los riesgos. La vida tiene que continuar, no podemos permitir que un virus nos pare definitivamente.

¿Llegó a entrar a los campamentos de refugiados el coronavirus?

Sí, por supuesto, como a todos lados. Además, las condiciones que tienen allí se vieron agravadas.

En cuanto al programa de este verano, ¿cuántas familias quedan por localizar todavía?

Nosotros lanzamos la campaña y hay gente que va llamando, estamos en ello. De todas formas, este año no hemos querido empezar eufóricos. Estamos partiendo de cero prácticamente ahora mismo. El año pasado vinieron 36 niños y nos hemos comprometido este año llegar a 70. De 36 a 70 es un crecimiento importante y si cubrimos todas las plazas y hubiera más familias, pues traeríamos más. Nos conformaríamos con completar los 70 niños que van a venir y de cara al año que viene, lanzar una campaña más fuerte e intentar llegar a 100 o 120. Tampoco olvidemos que en España las familias tampoco están tirando cohetes.

¿En estos años sin programa ha habido familias que han salido?

Se han ido porque los niños que repetían todos los años ya han pasado la edad y no repiten. Este año, repiten los 36 años del año pasado, y los 34 que vengan serán nuevos, empezando otra vez de cero con el ciclo. Ha habido familias nuevas y ha habido familias que como su niño no ha venido han cogido otro.

¿Cómo animaría a alguien a que se metiera en el programa?

Diciéndoles que van a vivir un verano inolvidable. La experiencia de tener un niño con una cultura diferente, con un idioma diferente... es una experiencia bonita. Si son solidarios y se animan, van a tener una experiencia muy buena. Van a aprender y, además, está el cariño que te dan.

¿Qué novedades habrá este año en la campaña?

Por primera vez queremos traer un grupo de niños que tienen alguna discapacidad. Ocho niños, que irán a un piso o un chalé que estamos viendo. Queremos tener esa experiencia nueva, aunque todavía no nos atrevemos a que vayan con familias.