El Tomb Raider original fue un juego que vio la luz en los años 90, logrando un éxito arrollador entre la crítica y el público, lo que propició el lanzamiento de varias secuelas. Su protagonista, Lara Croft, era una mujer de armas tomar, con el arriesgado oficio de cazadora de tesoros. Sus sorprendentes hazañas y voluptuosas medidas, la convirtieron en todo un icono cultural, que incluso fue llevado al cine en un par de ocasiones, con sendas películas protagonizadas por Angelina Jolie. Después de algunas entregas, la saga empezó a dar signos de desgaste, lo que hizo que sus creadores se plantearan darle un giro radical. La decisión que se tomó fue devolver a la señorita Croft a la juventud, para mostrar el camino que la llevaría a endurecerse y a saber valerse por sí misma. El reinicio de la serie, que salió en 2013, mostraba a una Lara inexperta, pero que iba desplegando su increíble potencial conforme crecían las dificultades, aunque todavía lejos de lo que se había visto en el pasado.
Los acontecimientos de la anterior entrega se desarrollaron en la isla Yamatai, y los sucesos allí sufridos dejaron una profunda huella en la intrépida exploradora, pero ahora toca pasar página para afrontar una aventura más personal. Su padre, Lord Croft, consumió gran parte de su vida buscando un legendario artefacto con poderes sobrenaturales. Tal era su obsesión, que casi llegó a encontrarlo, pero cuando estaba a punto del gran descubrimiento, falleció en extrañas circunstancias. Aquí es donde la audaz arqueóloga decide retomar la investigación de su progenitor, a pesar de que sus familiares y amigos intentan convencerla de que no lo haga. Por desgracia para ella, no es la única que está interesada en conseguirlo. Una ancestral y violenta organización, llamada la Trinidad, hará todo lo posible por entorpecer su camino.
El sistema de juego le resultará muy familiar a los aficionados que conozcan la serie Uncharted, ya que guarda muchas similitudes con las andanzas del bueno de Nathan Drake. La principal diferencia es que en Rise of the Tomb Raider la exploración y la búsqueda de recursos tienen mayor peso que los tiroteos, dejando los combates en un segundo plano. Eso no significa que no se vayan a disputar numerosos encuentros armados contra grupos de enemigos, pero la importancia de mirar minuciosamente por los escenarios, para encontrar materiales y otros objetos, es capital para la saqueadora de tumbas. El título cuenta con un sistema de experiencia que premia por realizar diferentes acciones, y sirve para descubrir habilidades nuevas, potenciar las que ya conoce y mejorar las armas. Los entornos esconden interesantes sorpresas y merece la pena dedicar tiempo a escudriñar por los rincones. De vez en cuando, es posible toparse con tumbas opcionales, que proporcionan desafíos interesantes y esconden recompensas de lo más jugosas.
El apartado visual es para quitarse el sombrero y, desde el principio, ya deja claro el formidable potencial que atesora. En los primeros compases del juego, Lara, en compañía de su amigo Jonah, realizan una ascensión suicida por las paredes congeladas de una imponente montaña. Hay detalles que deslumbran, como que los efectos del frío y la nieve vayan dejando huella en las ropas de los escaladores, el movimiento del pelo azotado por la ventisca o la increíble nitidez de las texturas de las rocas y el hielo. Las cinemáticas que van desgranando el argumento son otro punto a favor, con resultados brillantes para las animaciones faciales de todos los personajes, en especial las que muestran las emociones de la señorita Croft, que dejan clara la enfermiza obsesión que tiene por conseguir lo que su padre no pudo. Los movimientos se muestran con elegante naturalidad y fluidez, siendo muy coherentes con las acciones que se realizan. La belleza de los escenarios deja con la boca abierta en muchas ocasiones, lo que incentiva la exploración para descubrir todos sus secretos.
La banda sonora cuenta con temas contundentes, que dotan de intensidad los momentos de mayor tensión, ya sea una persecución a vida o muerte, la amenazadora destrucción de una avalancha de nieve o un desigual duelo contra un gigantesco oso. La percusión suena con fuerza en algunos compases, lo que le da un toque muy particular a esas escenas. En algunos tramos se ha optado por dejar únicamente los sonidos ambientales, permitiendo escuchar la brisa que se cuela entre los árboles, las pisadas en la nieve o los aullidos de una manada de lobos. Las voces están dobladas al castellano, con interpretaciones sólidas y creíbles.
Crystal Dynamics ya consiguió revitalizar la franquicia con la entrega de 2013, pero esta secuela la supera ampliamente. La mejoras en todos los frentes los convierten en un mejor producto y más completo. El protagonismo de la exploración, por encima de los combates, le confiere un aire aventurero, dándole al jugador la sensación de descubrimiento constante. Los ingeniosos acertijos que proponen las tumbas opcionales son muy divertidos de realizar, con recompensas a la altura de su dificultad. Lara Croft ha vuelto para quedarse y tiene un prometedor futuro por delante.