El Perchel se echó a la calle para asistir entre la emoción y la tradición a la procesión del Jueves Santo, la Pasionaria de Santiago, que tiene en sus plazas (La Inmaculada y Santiago) los puntos de atención antes de que las cuatro hermandades que la componen, todas con sede en el barrio, se encaminaran al recorrido oficial entre la Catedral y la plaza Mayor. Otra nota común entre estas cofradías (Santa Cena, Ecce Homo, Cristo de la Caridad y Dolorosa de Santiago) es la nutrida presencia de niños, que en algún caso van por delante de su propio paso.
El recorrido desde el Guardapasos de la calle Quevedo se abrió como es tradicional con la Hermandad de la Santa Cena, que abrió la marcha con su sección infantil inmediatamente por detrás de la Cruz de Guía.
El paso de la Santa Cena, que avanza sobre ruedas, es obra de Faustino Sanz Herránz, resulta impresionante en las estrechas calles que rodean el Guardapasos, en el que esta tarde destacaba una nueva ornamentación floral, a base de claveles y lirios. También es de nueva factura el delicado tallado de los casetones laterales de la canastilla del paso.
El barrio del Perchel se emociona con sus pasos y cofradías - Foto: Rueda VillaverdeEn su salida desde la nave del Guardapasos, el conjunto escultórico fue saludado por los sones de la banda de Cornetas y Tambores Solera, de la capital.
La comitiva de colores blanco y verde, se fue formando con los nazarenos que portaban cirios blancos, con todos los emblemas y el libro de reglas en medio de la formación. Por delante del paso de la Virgen del Dulce Nombre caminaban un grupo de damas con mantilla y otro de acólitos, otra de las novedades de esta salida penitencial.
El palio, deslumbraba con su color blanco y plata a la espera de que la caida de la tarde hiciera destacar aún mes la luz de las velas. Tras el paso se situó la Banda Municipal de Música de Pozoblanco (Córdoba).
El barrio del Perchel se emociona con sus pasos y cofradías - Foto: Rueda VillaverdeLa Hermandad del Ecce Homo hizo gala de su característico paso pilatero desde el primero momento, tanto en el paso del Niño Jesús, que muevena dos hombros 12 costaleros de entre 14 y 18 años, como en el del Misterio que avanza a costal sobre los pies de 32 costaleros a los que dirige José Luis Moraga.
El paso del Niño Jesús preside la sección infantil de la Hermandad. También son menores buena parte de los integrantes de la banda de tambores de la Hermandad. Aunque en este caso se sitúa en el centro del cortejo, puesto que el caminar de portadores y costaleros lo marca el ritmo de sendas cajas que acompañan a cada paso.
Tras un breve periodo de espera, fue el momento de que embocara la calle Quevedo la Hermandad del Cristo de la Caridad, también conocida como Longinos. En este caso, la salida del paso de Claudio Rius se realizó bajo los sones de la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva. El paso, que representa el momento en el Calvario en el que Jesús recibe una lanzada por parte de un legionario estrenaba ayer sendos candelabros laterales.
El barrio del Perchel se emociona con sus pasos y cofradías - Foto: Rueda VillaverdeLa marca la cerró la Dolorosa de Santiago, cuyo avance causa expectación entre los fieles percheleros. Los niños se situaron tras la Cruz de Guía, seguidos por un pequeño grupo de damas con mantilla. En medio de los hermanos, vestidos de blanco y azul, que portaba cirios también blancos, avanzaban los estandartes de los Misterios Dolorosos.
La 'levantá' del palio aún dentro de la nave, avisó a los espectadores de que llegaba el momento de la salida, que se ejecutó bajo los sones del himno nacional que interpretó la Banda Sinfónica de Miguelturra.
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Las hermandades siguieron su camino, calle Quevedo y Cañas adelante, en busca del cariño de su barrio.