Con el máximo secretismo, sin conceder entrevistas ni mostrar su colección en percha, como suele ser habitual, Felipe Varela, el diseñador de cabecera de Doña Letizia, se estrenó ayer en Twitter solo minutos antes de exhibir su trabajo en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid. Tras 14 años de ausencia, el creador regresó a la pasarela de la capital con su segunda línea, Varela, ideada para un público más joven y con menor poder adquisitivo, estreno que coincide con su 20 aniversario en el mundo de la moda.
La colección, bautizada como Crystal Arny, representa un diálogo entre la estética futurista y el exceso provocador de la cultura hip-hop, que le imprime un cierto carácter deportivo, pero envuelto en un lujo y una sofisticación abrumadora. Así, las maniquíes exhibieron dos estéticas opuestas en versión noche. En la primera, convivieron elemento fríos como la malla de metal, el níquel, la red de neopreno, estampados de camuflaje, apuntes militares, cadenas y cristales de Swarovsky por doquier. En la segunda, se vieron pieles de corte y colores juveniles combinados con vestidos lenceros que desvelan una mujer sexy, atrevida, pero sin perder un ápice de elegancia.
Una colección aplaudida, que bien mereció el misterio y el secretismo que envolvió su regreso durante todo el día hasta que, al fin, Varela, el esperado, salió a saludar. Eso sí, solo unos segundos, con gafas de sol y vestido de negro.
La jornada también albergó la vuelta, después de 10 años de ausencia, de Jorge Vázquez, que retornó a la pasarela madrileña por la puerta grande con una colección de fábula teñida de reminiscencias orientales. «Es muy femenina, mantengo mis señas de identidad, sigo fiel a mi estilo», explicó el creador, que situó sus propuestas en un extraordinario jardín en el que primaron los vestidos de líneas vaporosas, despegados del cuerpo desde los hombros y con línea evasé.
La nueva colección para el próximo otoño-invierno de Vázquez estuvo envuelta en una atmósfera vintage, pero muy pegada a la vanguardia, una idea plasmada en una curiosa bomber floral o un maravilloso abrigo rojo flúor, color que también trasladó a la noche en un vestido de lentejuelas.
A continuación, The2ndSkin Co. subió a la pasarela una propuesta setentera que «recrea el chic de Catherine Deneuve y la psicodelia de la mítica discoteca Studio 54», sostuvieron Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, dúo creativo de la firma, que utilizaron el negro por primera vez. Su prenda estrella fueron los vestidos en su versión más sexi, con amplios y vistosos escotes en la espalda.
De igual modo, en la colección de The2ndSkin Co. brilló el cristal, pero de manera más discreta, «más recogida», afirmaron los creadores, que apostaron por el corte al bies, «una técnica difícil y complicada sobre todo cuando se trabaja con el raso».
ALVARNO Y LOMBA. En los desfiles de la mañana, la Mercedes-Benz Fashion Week conoció los diseños de otros dos grandes de la moda: Alvarno y Devota&Lomba.
Con un espíritu de renovación constante y con muchas ganas de arriesgar y romper moldes, Alvarno abandonó a su mujer burguesa y presentó una fémina transgresora y poderosa, con un vestuario lujoso en el que el oro fue el reflejo de su libertad.
De la opulencia de Alvarno se pasó a la elegancia serena de Devota&Lomba, que subió a la pasarela una delicada y sólida colección plagada de cortes geométricos, señas de identidad de la firma, con diseños armoniosos, llenos de luz y frescura coloreada en azul hielo, camel, blanco y negro.