El próximo año trae una noticia que lleva tiempo esperándose por los fumadores que quieren dejar el vicio. Se trata de la financiación de los medicamentos que ayudan a dejar el tabaco y que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas comenzarán a subvencionar a partir del próximo 1 de enero. Se trata de todo un acontecimiento que ha conllevado cambios en la actitud de los fumadores y que se nota en la Unidad de Deshabituación Tabáquica del Hospital General Universitario de Ciudad Real. «No falta ni uno a la consulta, entre que dejar de fumar siempre ha sido el propósito del cambio de año y que la gente se ha enterado que los fármacos se van a financiar», explicó la doctora Patricia Mata, encargada de la consulta.
De hecho, «hay más interés y las consultas están al 100%», indicó la doctora. Sin lista de espera, actualmente se está dando cita a las personas que quieran dejar de fumar para el mes de febrero. En ese mes se da la fecha de la primera visita a la unidad, tras ser derivado hasta ella a través del médico de cabecera o el especialista, y en ella lo normal es fijar una fecha para dejar el tabaco. Hasta ahora lo normal era fijarla en los siguientes 30 días pero ante la proximidad de la financiación de medicamentos se ha optado por esperar al año próximo por la mayoría de pacientes, aunque la doctora ha dicho que prefiere empezar ya porque lo que se ahorra por la ayuda en el pago de los medicamentos, se lo gastan en tabaco a «cinco o diez euros al día», por la espera.
La doctora recordó que los medicamentos que ahora se financian no son nuevos sino que se trata de fármacos que su servicio lleva «más de 10 años» utilizando. Hay dos medicamentos con distintos modos de ayudar a dejar el tabaco. Por una parte, se encuentra Champix, que es vareniclina, un medicamento que se dirige «al receptor de la nicotina», por lo que trata de «controlar el síndrome de abstinencia». El segundo es Zyntabac, «un fármaco que se comercializó como antidepresivo» y que tiene ventajas a la hora de dejar de fumar para aquellos pacientes preocupados por «la ganancia de peso» o a pacientes «con más tendencia a la depresión».
El uso de uno u otro fármaco depende por lo tanto de la persona y siempre hay que tener en cuenta que es una ayuda que sirve para «las ocho o doce primeras semanas». El seguimiento que se realiza en una unidad como la del hospital es de «un año». En ese periodo se entiende que además de la abstinencia física se ha trabajado en el aspecto social del tabaco, algo que se gestiona en la consulta mediante un abordaje psicológico con el paciente.
Hay que tener en cuenta que la Seguridad Social solo financiará un tratamiento con este fármaco una vez al año, y por lo tanto si alguien fracasa en su intento deberá «esperar al año siguiente o pagarlo». «Esto se está perfilando aún y el protocolo se está elaborando ahora» pero lo normal es que «lo prescriba Atención Primaria o Neumología» siempre y cuando el paciente acepte que entrará «en un programa deshabituación tabáquica con visitas fijadas». Por otra parte, la doctora Patricia Mata apuntó que actualmente en la unidad no hay muchas personas que estén en el proceso de dejar otros elementos como el vapeador o el tabaco electrónico. «Nunca debemos recomendar el vapear ni siquiera para una deshabituación tabáquica», indicó la doctora, para la que ante los casos que hay de personas que quieren dejar este vicio se interviene igual que ante quien quiera dejar el tabaco tradicional.