La gravedad de los casos de violencia de género ha aumentado en los últimos meses

Pilar Muñoz
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Jesús Gil, al frente de estos asuntos en la Fiscalía desde octubre, quiere «agilidad»

El fiscal Jesús Gil Trujillo lleva poco más de tres meses al cargo de los asuntos relacionados con violencia de género que llegan a la Fiscalía provincial de Ciudad Real y ya ha podido constatar el incremento de los casos, sobre todo en cuanto a la gravedad de los mismos, como ha apuntado la juez de Primera Instancia e Instrucción número 5 con competencia en la materia, Isabel Sánchez.

Jesús Gil asumió esta nueva responsabilidad después de que, a raíz de los ascensos de Jesús Caballero Klink (fiscal jefe que fue nombrado fiscal Superior de Madrid) y de Isabel Gómez (designada fiscal jefe de Cuenca), se produjeran dos vacantes en la Fiscalía provincial y se reestructurara la plantilla, oportunidad para que Gil dejara Menores, un área en la que llevaba ya 13 años.

Su etapa en Menores «había concluido» y confiesa  que «me apetecía un nuevo reto profesional», a pesar de que tanto tiempo en la jurisdicción de Menores había hecho de él un reputado especialista en la materia de ámbito nacional, y aspira a «revertir toda la experiencia acumulada estos años en Violencia de Género».

En este sentido, afirma que va a trabajar para trasladar la agilidad en los procedimientos que hay en Menores, donde sólo hay dos fiscales para toda la provincia, aunque sabe de las dificultades para conseguirlo porque cada juzgado de instrucción lleva la competencia de los asuntos que le tocan por turno, guardia o especialidad y la intervención del fiscal está tasada. Al menos, la experiencia acumulada le servirá para «olfatear si los asuntos van a seguir, el atestado policial, qué diligencias son imprescindibles para evitar las dilaciones indebidas y hacer que el procedimiento salga adelante».

En estos tres meses en Violencia de Género Jesús Gil ya se ha hecho una composición de lugar que le lleva a subrayar que desde el verano hasta hoy ha habido un incremento de los casos, pero sobre todo en lo que afecta a la gravedad del delito. Lo cierto es que se estrenó en la primera guardia con el homicidio de El Robledo, cuando un individuo mató presuntamente al novio de su exmujer, y tiene pendiente el sumario de un asunto del año pasado de Miguelturra, un hombre  que fue detenido y encarcelado acusado de asestar ocho o diez cuchilladas a una mujer que, por suerte, no falleció. El imputado está en prisión provisional y en los próximos días se va a acabar la instrucción y se va a formular escrito de acusación. Por si fuera poco, también le ha tocado en suerte el escrito de acusación del caso  de los hermanos Cádiz, acusados de la muerte de Diego Flores en la A-43, a su paso por Carrión.

El fiscal Jesús Gil mantiene una comunicación muy ágil con la juez de Instrucción número 5. Asegura que ambos están empeñados en reducir la carga de trabajo que arrastra el Juzgado, la más abultada de los órganos judiciales de Ciudad Real. Preguntado cómo van a hacerlo con los mismos medios y con más casos, Jesús Gil alude a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, modificación que introduce (artículo 324) el sistema de plazos en los procedimientos penales de los juzgados. «Ha habido reformas muy importantes en la legislación que abogan por el sistema de plazos en cuanto a la instrucción de las causas, seis meses como máximo, las complejas algo más, dieciocho.

Asuntos pendientes. Esto obliga a los fiscales a revisar todos los procedimientos con el fin de confeccionar un listado de asuntos pendientes para agilizarlos o liquidarlos, es decir, explica, «qué diligencias se practican, si se decide archivarlos o pasarlos a procedimientos abreviados y formular escrito de acusación». Por ello, a Ciudad Real se le va a asignar un fiscal de apoyo para que les ayude a la plantilla en esta tarea pero, por el momento, Jesús Gil confiesa que «ya lleva revisadas cerca de cincuenta causas», un trabajo que compagina con el día a día, esto es, guardias, señalamientos y procedimientos verbales.

En lo que afecta estrictamente a Violencia de Género, el nuevo fiscal delegado en la materia señala que «la reforma del Código Penal ha introducido nuevos preceptos penales como el acoso, matrimonios forzados, se han incrementado las penas en algunos delitos».

La entrada en vigor del Estatuto de la Víctima y la Ley de Enjuiciamiento Criminal también establecen que los hijos son víctimas directas en los casos de maltrato, algo que «va a motivar la exploración con grabación de todos los hijos menores, examen que tiene que ser practicado por una especialista del equipo Psicosocial» y que supondrá una mayor carga de trabajo. Gil es el fiscal del Juzgado mixto de Instrucción número 5 y  también se ocupa de los asuntos civiles que dimanan de los casos de violencia doméstica.

Logró atajar situaciones graves en la jurisdicción de Menores

Jesús Gil también está adscrito a Siniestralidad Laboral y a Mercantil junto a Jesús Gassent para despachar los concursos de acreedores, aunque no parece importarle porque «estaba acostumbrado a este volumen de trabajo en Menores. También llevaba un juzgado de Puertollano». 

Trece años al frente de la Fiscalía de Menores le han convertido en todo un especialista, en un analista privilegiado del comportamiento de los niños y adolescentes. Relata que en estos últimos tres o cuatro años ha habido una tendencia a la baja, al contrario que cuando llegó, y eso se ha conseguido atajando las situaciones más graves y, sobre todo, «empleando medidas cautelares para aquellos menores que necesitaban una intervención inmediata».

Con lo que más ha batallado en sus casi tres lustros en Menores es con el creciente número de delitos a través de las redes sociales, whatsapp, facebook, twitter, tuenti, instagram, etc. «Son los mismos delitos de antes pero ahora cometidos a través del móvil», aclara el también licenciado en Ciencias Políticas, diplomado en  Historia y destacado deportista. Ha jugado al fútbol, fútbol sala, voleibol, tenis, atletismo y pádel, especialidad en la que está considerado entre los 150 mejores del mundo.

Cuando tenía 14 años unos ojeadores le vieron jugar y propusieron a su padre que ingresara en un colegio de alto rendimiento donde compaginar tenis y estudios para ser profesional.