José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


(Des)Proporción

13/09/2023

Concluido el caso Rubiales con su dimisión como presidente de la RFEF, apreciamos la desproporción de la información producida desde la noche del beso no consentido a la jugadora Jennifer Hermoso, en Sídney, tras la victoria mundialista de la selección femenina. Desproporción referida al volumen de datos, horas, páginas, programas, comentarios y noticias desplegados en torno a un tema de menor calado que ha volteado la opinión española, por más impresentable y zafio que sea y haya sido el presidente Luis Rubiales, acreedor anticipado –por muy diversas razones en el desempeño de su cargo presidencial– de su renuncia al cargo. Lo sorprendente en el caso es la omisión de esos antecedentes en toda la barahúnda de datos.
Algo parecido a lo anterior es la desproporción informativa, fruto de la desproporción política, de la aparición estelar de Carles Puigdemont en la procesión de la investidura de Pedro Sánchez. Con un aura beatífica y de magno político –así presentado por la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz, lideresa de Sumar– el fugado expresidente pone unas condiciones atrabiliarias para dar el apoyo de su grupo –nacido de un amaño parlamentario de cesión de diputados– en la citada procesión de investidura. El precio de los 392.634 votos contantes de Junts en el total balance parlamentario señala la desproporción de su importancia otorgada.
La muerte de la comunicadora María Teresa Campos ha abierto el campo de los elogios desmedidos sobre su trayectoria. Desde «la reina de la televisión» a la loa de Iñaki Gabilondo, desde la visión de «revolucionaria de la televisión matinal» al canto de Boris Izaguirre de «dar lo que se espera de uno». Elogios producidos con tanta ligereza como inoportunidad. Incluso el carácter de haber sido pionera de las tertulias políticas.
Igualmente, la muerte de la cantante folclórica sevillana María Jiménez supone otro campo de cultivo de la desproporción a la que tanto nos dedicamos en el presente. Visible todo ello en su velatorio institucional, su funeral y su paseo a caballo camino del cementerio de San Fernando. La fijación de su 'flamenco revolucionario' o su señalamiento como 'flamenca feminista', merced al estribillo 'Se acabó', retomado como eslogan actual por el colectivo tras el beso rubialesco a la jugadora Hermoso. Por no hablar de los excesos valorativos de Gonzalo García Pelayo, su productor y descubridor, que apunta a María Jiménez como «la artista más artista que GGP ha conocido». Por encima, incluso, de Camarón.
Todo por la desproporción, que supone la pérdida de relación entre las partes y el todo.