¿Quiénes cobran mejores salarios?

C. C.
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Ortodoncistas e implantólogos superan los 70.000 euros anuales, seguidos por directores de proyectos de ingeniería e informáticos

El salario medio en España el pasado año fue de 26.535 euros, pero esta cifra se queda muy pequeña para los perfiles más especializados, y entre ellos para los ortodoncistas e implantólogos, que son los empleos mejor remunerados en España. Los datos que ofrece el informe elaborado por InfoJobs-ESADE sobre el estado del mercado laboral respecto al 2017 fijan el promedio del salario bruto de estos especialistas en 70.718 euros anuales. Ambas ramas de la odontología no sólo vuelven a ocupar el primer puesto de este ranking de salarios, sino que además han aumentado su retribución media un 9% respecto a 2016.

Por detrás, director de proyectos de Ingeniería (63.680 euros brutos anuales) y director de Informática (50.113 euros brutos anuales) forman el podio de los empleos mejor pagados de España.

¿Por qué son los ortodoncistas e implantólogos son los mejor pagados? A la pregunta responde el doctor Senén Blanco, profesor en la Universidad Complutense y en la Universidad de León, además de contar con una experiencia laboral de más de 30 años en la provincia.

«La implantología es una técnica complicada, implica mucha investigación y conlleva además muchos costos. Es una especialización y además reciente, que ahora está en expansión, y también sucede así con los ortodoncistas», señala Blanco, a lo que añade que «la formación no está abierta de par en par, es restringida porque además supone un alto coste para el alumno y las familias y provoca que el número de gente formada sea escaso».

Llama la atención que además sólo hay once aspirantes a estos perfiles por cada vacante, lo que para Senén Blanco es síntoma de que «al ser perfiles muy especializados provoca que todavía no haya un gran contingente de este número de profesionales».

ingenieros. Por detrás se sitúan los ingenieros; los directores de proyectos alcanzan un salario medio anual de 63.680 euros brutos anuales.  A la directora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del campus universitario de Ciudad Real, Ana Rivas, no le sorprende este dato. Además, desmitifica la opinión común de que los ingenieros de caminos, canales y puertos estén asociados a la construcción y obra pública, ya que su perfil «trabaja en un ámbito mucho más amplio, es una profesión muy versátil y ahora se está dedicando cada vez más los proyectos asociados a los grandes paradigmas de la sociedad: la movilidad sostenible, smart cities, el abastecimiento del agua, la cooperación al desarrollo, los cambios climáticos...». De hecho, subraya que «somos unos grandes desconocidos ya que se suele pensar que hemos sido uno de los grandes afectados por la falta o disminución de la obra pública, pero podemos presumir de contar con una empleabilidad del 100%». Es más, Rivas añade que «existe la percepción de que Caminos está destinado a la obra, y si hay crisis no hay, pero la realidad es otra. El Instituto de Ingenieros Civiles de Londres nos llama los superhéroes invisibles».

El modelo docente empleado, basado en las funciones más prácticas de la ingeniería, ha provocado que esta escuela de la Universidad de Castilla-La Mancha hayan obtenido el reconocimiento internacional EUR-ACE.

NO TODO ES BUENO. A pesar de los buenos salarios que se perciben en el campo de la odontología, no es oro todo lo que reluce. Desde la clínica Dentisan, Senén Blanco expone que «muchos profesionales están sufriendo una explotación encubierta. Están en una situación vergonzosa».

Se refiere a lo que se conoce como falsos autónomos: «El profesional se da alta pagando su cuota como autónomo, pero cuando llegan al centro y se hacen cargo de la responsabilidad de implantólogo, que está muy remunerado, vienen recibiendo un salario muy bajo. Y además les obligan a establecer los criterios llegando incluso a poner implantes porque otro tipo de tratamiento es menos rentable, y eso es acabar con la moral y la ética del profesional. Sólo buscan el rendimiento económico».

Blanco va más allá y expone casos concretos: «En las clínicas adscritas a la marca Vitaldent está muy en boga hacer lo que se llama ‘carga inmediata’: a un paciente le pueden cobrar del orden de 30.000 euros y al profesional le pagan como beneficio 90 euros. El público lo desconoce porque le atiende un comercial y no un profesional. Hemos perdido un rango importante de moralidad», y añade que «las grandes cadenas se han cargado de márketing, y ahí también tenemos a iDental, que ha sido un engaño porque no han dado tiempo a que la gente que han contratado esté formada adecuadamente. La implantología y los ortodoncistas requiere como mínimo dos años de formación».

«Se está jugando con la salud de las personas», sentencia Blanco.

¿y lo público? El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) cuenta con un programa de salud bucodental, pero el doctor Senén Blanco apunta que «la prestación es muy limitada». El problema radica en los altos costes que conlleva la atención odontológica, pero «si hubiera afán de colaborar lo público con lo privado el beneficiado último sería un paciente, se podría generar un convenio de formación y de asistencia para muchos pacientes que no saben dónde ir, que no tienen recursos económicos».

Incluso ha remitido al consejero de Sanidad, Jesús Fernández, un proyecto que se desarrolla en la Universidad de León por la que estudiantes, bajo la supervisión de profesionales con experiencia, atienden a personas en exclusión social. De momento, sigue a la espera.

Con todo, una profesión con luces y sombras.