Desde que comenzó el verano los embalses de la cabecera del Tajo, que es de donde sale el trasvase al Segura, están en situación hidrológica excepcional. Según las reglas de explotación del trasvase, Entrepeñas y Buendía han entrado en nivel 3, lo que pone un máximo de derivaciones de 20 hectómetros cúbicos al mes, aunque el Ministerio los ha ido rebajando a 15 hectómetros cúbicos en junio y otros 15 en julio y en agosto. Esta situación hidrológica excepcional se podría mantener en lo que queda de año y a finales de 2023 y comienzos de 2024 podría incluso rozarse la raya 'no trasvasable', a partir de la cual las reservas son tan bajas que no se permiten desembalses por el acueducto.
Eso se refleja en las estimaciones que hace el informe que acompaña cada reunión mensual de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura. Dicho estudio técnico lo hace el Cedex, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, que incluye una previsión de la evolución de los embalses de cabecera para el próximo trimestre y semestre.
A comienzos de agosto se partía de unas reservas acumuladas entre Entrepeñas y Buendía de 550 hectómetros cúbicos, pero durante el verano prácticamente este nivel baja en más de diez hectómetros cada semana. El último dato que se puede tomar del Servicio Automatizado de Información Hidrológica, avisa de que ya están en 536. El informe calcula que en septiembre ya habrán bajado de los 500 y a partir de noviembre podría estar en los 430 hectómetros cúbicos, bajando hasta los 418 en enero. Si el nivel descendiese de los 400 hectómetros cúbicos, se cerraría el grifo, pues es la barrera no trasvasable.
El estudio tiene en cuenta cuestiones tan específicas como la evaporación, que en un mes como agosto puede llevarse 9 hectómetros cúbicos.