"Es una novela que te atrapa, si la empiezas estás perdido"

Hilario L. Muñoz
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'La Sombra de la Torre Iznaga' es un texto escrito en Cuba, donde empezó a conocer la leyenda que tiene esa torre, y España, donde supo la realidad de aquella historia

Benjamín Prado Contreras - Foto: Rueda Villaverde

Natural de Alcolea de Calatrava, Benjamín Prado tiene su corazón dividido con Cuba, isla que conoció gracias a su trabajo como operador de cámara y fotógrafo, que le llevaron a una historia o una leyenda, que le ha marcado buena parte de su vida. Tras 20 años, desde que la oyó y la vivió, ha decidido convertirla en su primera novela La Sombra de la Torre Iznaga (Editorial Círculo Rojo). Se trata de un texto escrito en Cuba, donde empezó a conocer la leyenda que tiene esa torre, y España, donde supo la realidad de aquella historia. Un recorrido de dos décadas de diferencia, unidas por el autor, convertido en un personaje más, para caminar entre lo fantástico y lo real. Prado reside entre Zaragoza Y Barcelona, donde tiene una ONG de apoyo a la isla.

¿Cómo llega usted a la isla de Cuba?
He viajado a Cuba bastantes veces a través de una revista sobre pesca que tiene el black bass, como el pez estrella. El pescador de black bass se va al fin del mundo a por uno porque es un pez que lucha mucho y eso gusta.  Aquí, en España, salen de tres kilos, pero en Cuba habían salido de cinco kilos y un pescador va donde sea a por ese tipo de pescado. Por este motivo voy a grabar una película allí, junto al dueño de la revista y su socio, en Cuba. 

Pero el libro está escrito en dos partes con 20 años de diferencia...
En la bibliografía mía llega un momento que digo que cuando la niña Juana vino a pedirme que acabara el libro, tuve que hacerlo. 

¿Quién es la niña Juana?
La historia de la niña Juana es muy conocida en Cuba. En 1824, aproximadamente, dos cubanos descendientes de españoles tenían una hacienda con mucho dinero y muchos trabajadores, esclavos, para el algodón. Entonces llegó un momento en que decidieron hacer una torre para llamarlos a empezar a trabajar, para oración y para que no se escaparan los esclavos. Cuando todo eso está, llega un momento en que uno de los dos hermanos se enamora de una chica de allí, pero el padre de la chica le dice a su hija que no podía irse con ese hombre, porque era un hombre de muchas mujeres. Lo dejan, pasa un poco de tiempo y entonces se enamora del otro hermano. Con este sí que va para adelante y llega un momento que tienen una niña. El primer hermano ahí dijo que esa niña era suya, porque él había estado antes con la madre. Se arma la guerra, rompen relaciones y a la chica la cogen y la encierran en la séptima planta de la torre hasta que muere abandonada. Hoy todavía hay historias que dicen, que decimos, que se ve vagando a la niña Juana por allí, por la torre.

¿Y esa es la niña Juana que llama a tu puerta?
Ahora nos vamos a 1995, cuando tres personas se van a Cuba a grabar una película. Uno de ellos, el director de la revista, se enamora de una chica que tiene una profecía: cruzarás cielos y mares para tener días oscuros llenos de noches negras. Esta chica es antepasada de aquella que murió y visita la torre junto al dueño de la revista. Allí, a ella, se le aparece la niña Juana y le dice, mira, tú no te puedes ir a España con ese hombre, porque si te vas, tu vida se va a ir apagando. Ella le dice que quiere vivir su vida, como también hizo la niña Juana antes.

Otro personaje de la novela es un ministro cubano. 
Rodolfo Pérez Martín, el ministro más carismático que hay en la isla, y con el que empiezan relaciones para exportar productos de pesca. Es un ministro con un pasado oscuro en Barcelona.  

Cuenta la historia como si fuera real.
Ha ocurrido. Yo fui parte de esta historia.

¿Qué significa para usted el contar esta novela tras tantos años? 
Es como un nudo que llevas ahí, y cuando te lo has quitado parece que tienes más salud. Significa paz, tranquilidad y saber que tienes los deberes hechos.

¿Es una historia escrita por su jubilación?
Me ha llegado ahora el momento de escribirla (Prado tiene 66 años) como me podría haber llegado con 40 años. Estoy escribiendo porque es un gusanillo que tenía y porque estaba incompleta. El libro me ha dejado satisfecho, muy contento, porque he conseguido un diez, he logrado una novela que te atrapa, si la empiezas a leer estás perdido. Por ejemplo, si te digo quién es el ministro, dirías 'ostras, mi madre'. Tiene otras cosas que vas esperando y te vas enganchando. 

Está escribiendo ya la segunda parte de la novela, 'El regreso'.
La siguiente ya no es tanta historia real.