Otro paso en la lucha contra la tuberculosis zoonótica

SPC
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El Instituto de Salud Carlos III desarrolla un estudio sobre esta enfermedad, que representa un grave problema para los ganaderos en muchas zonas de España y constituye un peligro para la salud humana

Otro paso en la lucha contra la tuberculosis zoonótica

La tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas más prevalentes en el mundo, constituye la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa (sólo superada por el Covid-19) y una importante amenaza para la salud pública. Según la OMS, en 2020 se diagnosticó tuberculosis en 5,8 millones de personas y 1,3 millones fallecieron a causa de ella. El informe mundial de 2023 sobre esta patología de la OMS y el último informe anual de la vigilancia epidemiológica de la tuberculosis en España apuntan que hay indicios de un posible aumento de la morbimortalidad por esta enfermedad que podría ralentizar los progresos alcanzados en esta última década.

Según el Ministerio de Agricultura, se trata de una de las principales enfermedades infecciosas del ganado vacuno, de otros animales domésticos (cabra) y de ciertas poblaciones de animales salvajes (ciervo, jabalí, tejón...), y constituye un obstáculo para el comercio. Es, como consecuencia de todo ello, una enfermedad de declaración obligatoria a las autoridades sanitarias cuando se detecta en una explotación ganadera y está sujeta a una estrategia nacional de erradicación. A pesar de ello, sigue siendo un problema grave para ganaderos de algunas zonas de España, que ven cómo se sacrifican todos los animales de su explotación cuando alguno de ellos da positivo en las pruebas para detectarla.

Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, celebrado del pasado 24 de marzo, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha comunicado que se encuentra desarrollando un proyecto de investigación sobre esta patología con el objetivo de mejorar la vigilancia y control de la tuberculosis zoonótica (que se transmite de animales a humanos) en España a través de un abordaje One Health (Una Sola Salud) para poder avanzar en su eliminación.

La iniciativa está financiada por el propio ISCIII y liderado desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del ISCIII. Además, cuenta con la colaboración del Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas, el Ministerio de Agricultura y VISAVET, centro de referencia europeo para la vigilancia de la tuberculosis bovina. Las coordinadoras de esta investigación son las investigadoras del ISCIII Zaida Herrador y Laura Herrera.

La tuberculosis humana está causada principalmente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, pero también puede tener su origen en otras bacterias de esta familia, como M. bovis o M. caprae. Estas dos bacterias infectan preferentemente a diversas especies animales y, en lo que se conoce como tuberculosis zoonótica, también pueden afectar a las personas. En España, M. bovis es la segunda causa de tuberculosis en humanos. Según los últimos informes sobre One Health de la Unión Europea, España es uno de los principales países en número de casos en Europa y el único de la UE en reportar casos producidos por M. caprae en 2022.

Las principales rutas de transmisión de la tuberculosis zoonótica incluyen el consumo de productos lácteos y cárnicos de animales infectados o la exposición a aerosoles (toses, estornudos) de esos mismos animales. A pesar de las medidas preventivas de salud pública para controlar la tuberculosis zoonótica, el papel del complejo bacteriano M. tuberculosis aún es en parte desconocido; el proyecto del ISCIII espera sumar nuevo conocimiento para mejorar el manejo de este tipo de tuberculosis transmisible de animales a personas.

La hoja de ruta para la tuberculosis zoonótica propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Unión Internacional Contra la Tuberculosis (IUATLD) destaca el impacto sanitario y económico de esta enfermedad y hace especial hincapié en la tuberculosis animal y el peligro de su transmisión zoonótica a las personas.

El proyecto.

El proyecto ha arrancado con una primera etapa en la que se realizará un estudio retrospectivo, a partir de distintas fuentes de información, para mapear con la mayor precisión posible los casos de tuberculosis zoonótica en humanos y animales, analizando los posibles factores sociales y ambientales que afecten a su ocurrencia. Para ello, se realizará una revisión sistemática de la literatura científica y se llevará a cabo un análisis descriptivo del periodo 2018-2023 en torno a los casos de tuberculosis zoonótica notificados a la Red Nacional de Vigilancia epidemiológica (RENAVE), los casos identificados en el CNM-ISCIII y los casos en animales notificados a VISAVET.

Con el objetivo de identificar factores asociados a la ocurrencia y distribución espacial, también se realizará un análisis ecológico y se crearán mapas de riesgo, desarrollándose un estudio de agrupamiento de casos que incluya tanto los casos notificados en humanos como en animales. A estas acciones se sumará un análisis genómico comparativo de muestras aisladas de M. bovis y M. caprae de origen animal y humano, con un análisis de los factores que pueden favorecer su transmisión.

Para ello se llevarán a cabo labores de secuenciación del genoma completo y se determinarán las características de cada uno de los aislados identificados en los casos humanos, comparando el patrón obtenido con la base de datos de Sanidad Animal. La previsión en el proyecto es el desarrollo de una segunda etapa en la que se diseñará una estrategia de vigilancia integral fundamentada en estos resultados, que será pilotada y que incluirá un estudio de casos y controles para evaluar factores de riesgo.

 

¿Cambio de tendencia?

En 2022 se observó un ligero repunte en la tasa nacional de tuberculosis (7,83 frente  a 7,69 por 100.000 habitantes en 2021), lo que frenó la tendencia decreciente que  se venía observando desde hace una década. Esta tendencia decreciente ya había mostrado cierta ralentización en los últimos años (el descenso en 2021 respecto  al año 2020 fue del 2,2%, mientras que el de 2020 respecto a 2019 había sido del 19%). También se han observado en los últimos años cambios en  los perfiles de los casos declarados.