De todos los regalos que ha recibido el Ayuntamiento de la capital el más costoso para las arcas municipales ha sido el de la Plaza de Toros, hasta hora, porque no es el único y hay otros que resultarán aún más onerosos en el medio plazo. Cuatro años sin espectáculos taurinos son demasiados y la ganas de volver a tener toros en la capital son muchas. Eso sí, que el perfil político que tienen los taurinos y la utilización política de la tauromaquia no impida pensar en el modelo de gestión del remodelado inmueble como un espacio abierto a muchos otros eventos.
La Plaza de Toros ha sido propiedad de la Diputación Provincial desde el año 1953 hasta el año 2016, cuando la alcaldesa Pilar Zamora firmó las escrituras de cesión a cambio de recibir la misma y 200.000 euros para su reparación. Se firmaron las escrituras de propiedad después de seis años de espera desde que la Diputación la ofreciese a la ciudad durante el gobierno municipal de la alcaldesa Rosa Romero en 2011. Zamora recibió un auténtico regalo envenenado que, a día de hoy, para su apertura el próximo día 28 de abril ha supuesto un desembolso en inversiones de 2.450.000 euros por parte del Ayuntamiento entre la rehabilitación interior y fachada para celebrar nuevos espectáculos taurinos. Además, como es lógico, de los gastos de mantenimiento anuales en personal y servicios que tendrá desde ahora. 
No ha estado exenta de opiniones críticas la priorización de esta inversión destinada principalmente para la celebración de espectáculos taurinos en comparación con otras necesidades que plantea la ciudad, aunque, bien es cierto, que se pueden celebrar también otros eventos de carácter cultural o deportivo en según qué temporadas del año al tratarse de un espacio abierto con amplia capacidad de aforo. 
De la misma forma que se ha programado un evento taurino para la inauguración resultaría interesante, igualmente, la celebración de algún otro espectáculo durante la primavera que permitiese también la inauguración del recinto como un nuevo espacio multiusos de la ciudad. Espectáculo musical, cultural, deportivo, etc. que resultaría de agrado para quienes no son amantes de la tauromaquia y, sin embargo, consideran que la Plaza de Toros puede tener más aplicaciones. La obra realizada, fundamentalmente para adaptar la plaza a la normativa actual, permite que Ciudad Real pueda acoger espectáculos con aforo superior a las 6.500 personas, lo que la convierte en el mayor recinto con capacidad para estar sentado de la provincia. 
La actual remodelación permitirá, con toda seguridad, la celebración de eventos al aire libre durante más de ocho meses al año, de abril a octubre, y, eso son muchos días de potenciales actividades. La Plaza de Toros, lo mismo que otros edificios municipales de la ciudad, debe mantener una actividad que la haga sostenible, que no sea una carga anual a los presupuestos, creando y organizando nuevos eventos dirigidos a dinamizar diversas actividades de carácter multicultural en la ciudad y en la provincia, para algo la capital es un polo de atracción, que, sin lugar a dudas, contribuirán a la economía local. 
Posiblemente no sea el momento de abordar el cerramiento del espacio para su conversión en multiusos durante todo el año por el montante de la nueva inversión, aunque no faltaron voces en la legislatura anterior que lo vendieron como proyecto inmediato. Si la explotación del recinto durante los ocho meses que la climatología de la ciudad lo permite resulta satisfactoria ya habrá tiempo de pensar en el cerramiento y cubierta. No estamos en una zona donde las lluvias y la climatología adversa nos impidan hacer demasiadas cosas. 
La asignación de la Plaza de Toros a una concejalía concreta no debe de ser óbice para que en ella se puedan programar otras actividades lúdicas abiertas a toda la población. Es más, se debería pensar en una gestión separada, con un gerente que optimice el inmueble y tenga la responsabilidad de la celebración de los eventos y del mantenimiento el edificio.
Sí, a los toros. Sí, a la reinauguración del edificio con un espectáculo taurino como el del día 28 de abril. Pero, después de una inversión de 2.5 millones de euros para su puesta a punto es necesario pensar más allá de los propios toros. Ejemplos hay, a lo largo de la geografía española, de explotación de recintos similares. La capitalidad que quiere recuperar el alcalde, Paco Cañizares, es un concepto que abre múltiples posibilidades de cara a la provincia para dinamizar espacios como la Plaza de Toros y al mismo tiempo contribuir a la llegada de visitantes durante los fines de semana que contribuyan a la mejora de la economía local. En los detalles es donde se va viendo el modelo de gestión de la ciudad y de todos sus activos.