El Ministerio recibe el proyecto del cuartel de Miguelturra

Ana Pobes
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Tras este paso, será ahora el organismo autónomo de la gestión de inmuebles y solares del Ministerio del Interior (Geise) quien lo saque a licitación en unos «cinco o seis meses»

El Ministerio recibe el proyecto del cuartel de Miguelturra - Foto: Tomás Fernández de Moya

La Diputación ya ha redactado el proyecto de las obras de construcción del nuevo cuartel de la Guardia Civil de Miguelturra y lo ha remitido al Ministerio del Interior tras haberse «corregido algunos planos». El teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real, Juan Antonio Valle, señala que el boceto ya está en manos de la Unidad de Proyectos del Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska, por lo que será ahora el organismo autónomo de la gestión de inmuebles y solares de la cartera ministerial del Interior (Geise), quien saque a licitación el proyecto en los próximos meses, posiblemente en unos «cinco o seis meses», ya que hay que tener en cuenta, aclara, que hay unas elecciones generales por medio.

Valle señala que se van dando pasos para que el nuevo cuartel de la Guardia Civil se convierta pronto en realidad, por lo que asegura que las obras «empezarán en menos de dos años». La intención era comenzar las obras en el primer semestre de este año con el objetivo de que estuviera finalizado en 2025.

El nuevo cuartel es un proyecto que cuenta con un presupuesto de casi cinco millones de euros y en el que no solo está involucrado la Dirección General de la Guardia Civil, sino también la Diputación de Ciudad Real y el Ayuntamiento de Miguelturra. Las tres administraciones firmaron un convenio en abril de 2022. De esta forma, la Dirección General construirá el nuevo inmueble, la Institución provincial sufragará los 300.000 euros que ha costado la redacción del proyecto, y el Consistorio ha sido la administración encargada de demoler el anterior cuartel, situado en la calle Real, y donde se construirá el nuevo. Su derrumbe costó a las arcas municipales casi 30.000 euros.

Durante el proceso de demolición, que se produjo hace ya varios meses, la subdelegada del Gobierno señaló que «va ser un cuartel moderno y adaptado a los tiempos, con unas mejoras de las condiciones de trabajo de los efectivos de la Guardia Civil y donde además, se contará con pabellones para que los propios guardias civiles puedan habitar en Miguelturra». Y eso, dijo, para el pueblo es algo excepcional, «no solamente que la Guardia Civil esté patrullando, sino que físicamente tengan un sitio donde trabajar y además donde vivir».  El nuevo cuartel «no solo prestará servicio a la localidad sino también a otras como, por ejemplo, Poblete». Por ello, su construcción y puesta en marcha es «fundamental». Así, prestará servicio a Miguelturra, que tiene unos 15.000 habitantes, y a Poblete, con otros 2.800 habitantes más. Ambas localidades tienen como característica principal, además, que se hallan en un constante crecimiento demográfico y que están limítrofes con la capital.

Hasta que el nuevo cuartel vea la luz, el cuerpo de la Guardia Civil ya cuenta, en el edificio municipal de Nuevas Tecnologías, con unas dependencias adecuadas para el desarrollo de su trabajo habitual, además de una zona de aparcamiento municipal de la calle Rodeo que cuenta con unas 12 plazas y que ha sido cerrado al público, de manera temporal. En enero del año 2019, los agentes de la Guardia Civil de Miguelturra decidieron abandonar las antiguas dependencias debido al estado de ruina del edificio.

¿Cómo será? El nuevo acuartelamiento de la Guardia Civil en Miguelturra tendrá una superficie construida de 4.111 metros cuadrados y 2.563 metros cuadrados de superficie útil. El edificio contará con dos plantas sobre rasante, para oficinas y dependencias, y bajo rasante se situarán zonas de aparcamiento y de almacén, además tendrá edificaciones independientes, una para el grupo cinológico, por ejemplo.  El proyecto contendrá los edificios necesarios con usos y características diversas para las distintas unidades y equipos, con la independencia necesaria entre ellos, pero tendrá un carácter unitario y funcional sin romper la estética de la población de tal forma que quede integrado en el entorno.