El Líbano, el otro foco de preocupación

Agencias
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Los choques entre el Ejército hebreo y el grupo chiita Hizbulá amenazan con abrir un segundo frente de guerra para Israel, que ordena el desalojo de 28 comunidades cercanas a la frontera

Soldados israelíes controlan la línea divisoria con el Líbano ante el incremento de ataques. - Foto: EFE

La estabilidad de Oriente Próximo pende de un delicado hilo... a punto de romperse. El temor a una posible y cada vez más probable -según algunas voces- extensión del conflicto entre Israel y Hamás no hace más que escalar con el paso de las horas, especialmente con la apertura del que muchos consideran el segundo frente de la guerra: la frontera con el Líbano.

La tensión es tal que el Gobierno hebreo anunció ayer un plan para desalojar a los habitantes de una franja de dos kilómetros a lo largo de la divisoria, que incluye 28 núcleos habitados. Una evacuación de esta envergadura no tiene precedentes al menos desde el enfrentamiento entre ambos países en 2006. Además, las autoridades declararon zona militar toda el área hasta los cuatro kilómetros desde la linde.

Los intercambios con fuego de artillería y misiles se han convertido en algo habitual en la frontera. La violencia comenzó el pasado 8 de octubre, cuando el grupo chiita Hizbulá realizó un primer lanzamiento simbólico un día después del ataque por parte de Hizbulá. Desde entonces, la situación se ha ido recrudeciendo de forma significativa, dejando al menos 17 muertos en los dos bandos, mientras crecen los miedos de que la organización libanesa decida involucrarse de forma directa en el conflicto en la Franja de Gaza.

En la última jornada, Hizbulá anunció haber alcanzado un tanque israelí con un cohete y atacado al menos cinco puntos del Estado judío, que por su parte respondió con artillería. El punto álgido de tensión se vivió sin embargo el domingo, cuando Hizbulá asumió la autoría del lanzamiento de seis misiles antitanque y nueve cohetes, a lo que Israel respondió bombardeando posiciones del grupo en el sur del Líbano. Un proyectil alcanzó el cuartel general de la misión de paz de la ONU en la localidad meridional de Naquora, cuya procedencia está siendo investigada por los Cascos Azules, sin que se registrase ninguna baja.

Ante este escenario, el portavoz del Ejército hebreo, el contralmirante Daniel Hagari, amenazó con una «respuesta mortal» al grupo chiita si sigue atacando desde la frontera. «Si Hizbulá se atreve a ponernos a prueba la reacción será mortal. EEUU nos está dando todo su respaldo», afirmó.

Mientras, el primer ministro libanés, Najib Mikati, anunció que su Gobierno continúa manteniendo contactos para evitar una escalada, pero reconoció que es imposible «predecir lo que pueda ocurrir».

El papel de Irán

Por otro lado, el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, afirmó que la propagación de la guerra se acerca a un punto inevitable dado que el tiempo para las soluciones se acaba. El Gobierno lleva días insistiendo en que, si Israel no detiene los bombardeos y el asedio a Gaza, el Eje de la Resistencia -alianza informal capitaneada por Irán y formada por organizaciones como Hizbulá, Hamás y la Yihad Islámica- podría abrir otros frentes contra el Estado judío. Y es que Tel Aviv y Teherán son enemigos acérrimos, compiten por la hegemonía regional y mantienen desde hace tiempo una guerra encubierta con ciberataques, asesinatos y sabotajes.

Ante este escenario, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lanzó un mensaje «para Irán y Hizbulá: no nos pongan a prueba en el norte. No repitan errores del pasado porque el precio que pagarán será mucho peor».