El Real 'libera' dos Quijotes a la vez

Luis J. Gómez / Toledo
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Ayer se estrenó la reposición de El retablo de maese Pedro, una ópera de Falla sobre el pasaje de los títeres • El martes llega El caballero de la triste figura, que se compuso para el Centenario de 2005

El IV Centenario de la muerte de Cervantes ha dado un buen pretexto al Teatro Real de Madrid para liberar a dos Quijotes a la vez y hacerlo además al mismo tiempo. Ayer empezaron las representaciones de El retablo de Maese Pedro, una ópera de Manuel de Falla que está considerada una de las cumbres de la lírica en español y que se enmarca dentro del programa infantil del Real. En este caso la historia está inspirada en los capítulos 25 y 26 de la Segunda Parte del Quijote donde el caballero andante se enfrenta a los títeres del Maese Pedro. El martes le llegará el turno a El caballero de la triste figura, una ópera contemporánea que apenas tiene más de una década  de vida, pues se estrenó para el aniversario de 2005. El compositor, Tomás Marco, también se encargó de hacer el libreto:seleccionó las escenas más conocidas de la novela y utilizó solo palabras de Cervantes.

Las dos óperas se mantendrán en escena hasta el fin de semana  que viene. Se da la circunstancia de que habrá dos días, el 26 y el 30 de enero, en el que dos Quijotes cantarán en la misma ciudad (aunque a distintas horas, porque las representaciones de Falla son por las mañanas y las de Marco por las tardes).

La historia de la composición de El Retablo de Maese Pedro es casi un cuento de hadas. Érase un niño al que le gustaba jugar con títeres, que creció leyendo al Quijote y que se convirtió en un gran compositor. Un día una princesa le encargó que creara una ópera para representarla en su palacio de París y ese compositor le puso música al pasaje en el que el Quijote contempla un espectáculo de títeres. Como no podía ser de otra forma con este caballero andante, finalmente acaba por atacar las marionetas pensando que la historia que cuentan es real.  Pues bien, ese compositor era Manuel de Falla, esa princesa era la de Polignac y así nació una ópera que se estrenó en 1923 y que se ha convertido en un referente de la lírica española.  «Para muchos es la obra maestra de la música española», subraya Enrique Lanz, el director de escena de El Retablo de Maese Pedro. Esta idea la corrobora Tomás Marco, que es el compositor del otro ‘Quijote’ del Real. «Es una obra maestra absoluta», apostilla.

El Retablo de Maese Pedro que se podrá ver hasta el 30 de enero es una reposición del Real. Este montaje nació en 2008 cuando le encargaron a Enrique Lanz un proyecto para llevar a escena una ópera para niños. El pensó en esta obra de Falla, a la que está muy vinculado porque su abuelo Hermenegildo Lanz colaboró con el propio compositor en el diseño de la representación de títeres. Ahora su nieto mantiene las indicaciones que dejó anotada el propio Falla. «Es una obra que no es fácil llevar a escena», expone, «es muy compleja, sobre todo si lo queremos hacer como Falla pretendía, que los dos planos de la representación, el de los espectadores con Maese Pedro, Quijote, Sancho y Trujamán se haga con marionetas y el de la historia de Melisendra de títeres, también».

Con unas marionetas gigantes, casi de monumento fallero de Valencia, Lanz consiguió ser reconocido como mejor director de escena en la temporada 2008-2009 por la crítica operística de Barcelona. «Fue una gran sorpresa, sobre todo por los directores que pasaron por esa temporada en Barcelona»,  reconoce, «era casi escalofriante que pensaran en mí para ese premio».

Este montaje fue una coproducción hace seis años entre Madrid, Barcelona, Oviedo, Sevilla, Bilbao y Valladolid, así que realizó la correspondiente gira por España. Ahora el IVCentenario de la muerte de Cervantes les ha dado la oportunidad de sacar este proyecto del cajón y ponerlo de nuevo en pie. Lanz lamenta que no sea muy habitual poder ver El Retablo de Maese Pedro en los escenarios del país. «Se representa mucho más fuera de España que en España», señala. Cree que se puede deber a que en el plano artístico lo español está muy bien valorado. Y también cree que puede haber un motivo estadístico. «Quizá habría que pensar que el fuera es mucho mayor que el dentro», expone.

Un Quijote de diez años. El segundo ‘Quijote’ que saldrá  a escena en esta última semana de enero es una obra muy reciente (tiene poco más de diez años). Fue un encargo que hicieron a Tomás Marco, Premio Nacional de Música en 2003, y que se estrenó  en el Teatro Circo de Albacete cuando estaba a punto de expirar el año del IV Centenario de la primera publicación del Quijote. El día del estreno fue el 27 de diciembre de 2005.  Marco señala a La Tribuna que cuando recibió el encargo optó por hacer una selección de algunas de las escenas más conocidas o interesantes de la novela. Empieza con la vela de armas en la venta, sigue con el ataque a los molinos, al rebaño de ovejas, el descenso a la Cueva de Montesinos, el pasaje del caballo de madera Clavileño, el gobierno de Sancho Panza en la Ínsula Barataria y el enfrentamiento final en Barcelona con el caballero de la Blanca Luna. Además hay un prólogo y un epílogo con poemas intercalados por Cervantes en la obra (en la parte final relacionados con la muerte del Quijote).

Marco elaboró un libreto en el que asegura que no hay ninguna palabra puesta por él, ya que todas son sacadas directamente de Cervantes. A la hora de componer la música explica que quería hacer algo actual, pero que permitiera comprender el texto cervantino.

Aprovechando el Año Cervantes, el Real ha decidido programar El caballero de la triste figura en los escenarios de Teatros del Canal. Son solo tres representaciones y las entradas se agotaron a los dos días de ponerse a la venta. Marco espera que este éxito anime a reponer esta obra en el futuro. Y es que los Quijotes -ya sean estos de Falla y Marco, o los de Massenet, Telemann, Mendelssohn, Halffter o José Luis Turina- no se compusieron para estar encerrados.