El concejal de Agricultura, Gregorio Díaz del Campo, calcula que ya se ha completado un tercio de la campaña de vendimia en Daimiel, a pesar de que tradicionalmente en este municipio no solía generalizarse hasta la segunda quincena de septiembre. Un cambio de plazos que, según explica el edil, se debe sobre todo al «importante incremento de la producción en espaldera» y a la introducción de nuevas variedades de uvas que «maduran antes y, por tanto, se deben recoger antes».
Y es que en la actualidad, tras las ayudas que se vienen concediendo para la reestructuración, «un 80 por ciento (del total del término municipal) está en espaldera y un 20 por ciento en vaso». Antes de la Feria comenzó ya la vendimia de las uvas tintas (cencibel y tempranillo) y de las variedades varietales (verdejo o macabeo). Y con un buen porcentaje ya recogido, Díaz del Campo precisa que la caída de la producción en tinta se calcula que esté en torno a un 40 por ciento por debajo de «un año tipo». En cambio, su graduación está manteniendo un nivel «aceptable», con 13 o 13 grados y medio.
En el caso de las varietales, el concejal de Agricultura comenta que han aguantado mejor las inclemencias meteorológicas y las enfermedades. En el lado opuesto, la peor parada de todas las variedades ha sido la airén en vaso, con «mermas importantes» provocadas por el frío de la primavera y la aparición de la enfermedad de la araña roja.
Así las cosas, la caída de la producción y el aumento de la calidad ha revertido en unos «precios al alza». «No es lo mismo que una viña tenga 20 kilos a que tenga seis o siete», lo que permite que el grado de azúcar madure en condiciones más óptimas. Además, a estos condicionantes se une que «ya el año pasado la campaña fue más corta y que las bodegas han vendido, por el tirón de las exportaciones, todas sus reservas».
De esta forma, el precio del kilo grado se sitúa en «una media de unas 55 pesetas o, hablando en euros, unos 33 céntimos». Aun así, Gregorio Díaz del Campo matiza que al final los beneficios del agricultor tampoco varían mucho por la compensación de cantidad y precio. «Es un precio aceptable, pero los mayores decían que 100.000 kilos de uva era un millón de pesetas y 50.000 también», comentaba.
Esta nueva fotografía de la vendimia también repercute en el número de contrataciones. Díaz del Campo subraya que «han caído mucho y que, como además la cosecha es más corta, los propietarios de las parcelas en vaso están tirando de los familiares». En aquellas que sí se ha necesitado mano de obra, el concejal de Agricultura señalaba que, a diferencia de hace unos años, los jornaleros en su mayoría son nacionales.
Ahora mismo Daimiel cuenta con cinco puntos de recogida diferentes. La bodega Los Candeales, la cooperativa Los Pozos, Prodevisa, J. García Carrión y Félix Solís. Entre todos ellos, en un año medio «se pueden recoger cerca de 40 millones de kilos», la mayor parte entre Los Candeales y Los Pozos, concluía Díaz del Campo.