Lágrimas y sollozos inundaron el puertollanense paseo de San Gregorio en la tarde de ayer. El motivo no era para menos, ya que los vecinos de la ciudad industrial despedían a la fallecida doña sardina con un sepelio digno para la ocasión en el que no faltaron dolientes y plañideras que en todo momento acompañaron el cuerpo inerte de esta señora que nos abandona como cada Miércoles de Ceniza poniendo así fin a unos días de fiesta y alegría en honor a Don Carnal, sempiterno enemigo de la Cuaresma.

El funeral se inició en la explanada de la parroquia de la Virgen de Gracia, patrona de Puertollano, y recorrió el paseo de San Gregorio hasta La Concha de la Música, punto de celebración de la mayor parte de las fiestas en esta ciudad, donde le esperaba la Orquesta Luna Nueva con una actuación musical en directo con la que animar este luctuoso evento. De este modo la ciudad minera daba sepultura a doña sardina ante los llantos y los sollozos de las plañideras, las cuales aprovecharon la ocasión para repartirse los cinco quesos manchegos que se sorteaban entre los mejores llantos.

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