El Formac Villarrubia no está hundido. Así lo corroboraba José María Rico en rueda de prensa tras la derrota de su equipo en el Rey Juan Carlos ante el Manchego (2-1). No fue, ni mucho menos, el mejor partido del cuadro blanquiazul en lo que llevamos de temporada y, pese a jugar con uno más durante veinte minutos, el equipo estuvo gris y desdibujado y no tuvo su día.

La cara negativa del derbi que se llevó el Manchego fueron las expulsiones de Adilson y Yann en el Manchego y del propio técnico del Villarrubia.

"Nos vamos dolidos porque veníamos con la esperanza de romper la maldición que el Villarrubia tenía con este campo porque son muchas temporadas en las que el equipo no gana aquí. Con el marcador favorable pensábamos que teníamos todo a nuestro favor y quizá eso nos hizo más débiles. Perdimos la noción del plan de partido independientemente de que estuvieran con diez o con once. Toca darle la enhorabuena a David Bohega y a su equipo", valoraba el madrileño en primer lugar en declaraciones facilitadas por el club.

Preguntado por su reacción tras la expulsión, en la que el técnico salió corriendo hacia el túnel de vestuarios y donde se formó un tumulto de gente, Rico quería aclarar que "salí corriendo a vestuarios con la intención de subir a la grada porque no conocía el campo y ver al equipo desde arriba. La expulsión fue un acto desafortunado del jugador del Manchego que me faltó el respeto a mí, a mi equipo, al club, a la afición y al pueblo de Villarrubia con marcador favorable. Nos tiró tres besos de manera irónica y ya lo valoraré en su momento. Yo le llamé la atención al línea y fui víctima de la provocación del jugador. Carece de importancia, pero la imagen del club no merece que me expulsen a mí y asumiré el castigo".

En cuanto a lo deportivo, el entrenador del Formac Villarrubia apuntaba que "vamos a seguir trabajando de la misma manera y con la misma ilusión. Este tipo de situaciones nos hacen creer mucho más en nosotros y a seguir con la confianza y la seguridad que tenemos en nosotros mismos. Asumimos el castigo de la derrota después de estas dos seguidas y no nos aleja de lo que queremos".

Por último, y a pesar de las dos derrotas consecutivas, José María Rico recalcaba que "el equipo no está hundido. El equipo asume la derrota como una circunstancia del juego. Igual que la semana pasada vivimos la injusticia del fútbol, pues en esta semana nos ha tocado perder con dos equipos que han ido a por el partido desde el principio. Hay que levantar algo cuando está hundido, pero no es el caso. El equipo está preparado para luchar y para trabajar".