La Champions, el vuelo de los gigantes

Diego Izco (SPC)
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Arrancó la gran competición, comprimida en esta primera fase por culpa del Mundial del invierno. Haaland, Mbappé, Lewandowski... los grandes goleadores reclaman los focos desde el primer instante

La Champions, el vuelo de los gigantes - Foto: MARCELO DEL POZO

La Liga de Campeones es una competición con vida propia que no necesita ni fuegos de artificio ni alfombras rojas ni fastos por el estilo: se presenta ella solita, sobre el césped y con las rutilantes figuras de turno haciendo lo que mejor saben. Los gigantes nunca fallan. Son los que le dan lustre y prestigio a la mejor competición por clubes del planeta. A nivel colectivo, el Madrid, el Bayern, el City, el PSG o el Barça. Ninguno falló en su puesta en escena. A nivel individual, Mbappé y Haaland (más Vinícius) mantienen el pulso por ver quién es el 'dios' del mañana. Viejos rockeros como Lewandowski o Benzema, al que le traicionó la rodilla en su debut, aún dan lecciones. Las emociones a flor de piel como en el Metropolitano; los nervios y las sorpresas, como en el Diego Armando Maradona… La primera fase, disputada a toda velocidad antes de que empiece el Mundial, llega con toda la esencia de la Copa de Europa comprimida. Y los gigantes lo saben: como si tuviesen prisa, intentan liquidar las cuentas (y los billetes a octavos) por la vía rápida. 

Tres de cuatro

Falló el Sevilla al pleno español. Le tocó bailar con la más fea (City) y con la más fea de la más fea (Haaland), y se llevó una goleada merecida: no está en su mejor momento. Demasiadas ventas 'guapas' en verano. Así, parte con un cero mientras sus tres paisanos arrancan con liderato en sus respectivos grupos: el campeón, con un triunfo menos cómodo de lo que indicó el 0-3 de Celtic Park (aunque para el Madrid, lo 'menos cómodo' es sinónimo de éxito: recuerden la Champions 21/22); el Barça, que necesitaba acumular goles ante el Pilsen ante la posibilidad de que el grupo (Bayern e Inter) se encabrite, con una exhibición descomunal de Robert Lewandowski, una bendición para el equipo en particular y para nuestra Liga en general (¡vaya atacante!). Y el Atlético…  
de infarto. Al Atlético le sienta mal ser favorito. Por su idiosincrasia (la 'cholista') prefiere un rol menor, así que estar encuadrado en el Grupo B junto a Oporto, Brujas y Leverkusen no es algo que le agrade. Jugó mal ante el Oporto, a priori su mayor rival, pero el 0-0 llegó al minuto 90. Todo sucedió después, en un descuento de infarto: gol de Hermoso (que festejó abrazado a la grada con la que discutió a comienzos de temporada) en el 91, penalti de Hermoso y gol del Oporto en el 96, y éxtasis con el gol de Griezmann en el 100 y 18 segundos, el tanto ganador más tardío en la historia de la competición. Lo del penoso teatro del francés saliendo en el minuto 60 para que el 'Atleti' no se vea obligado a pagar al Barça merece capítulo aparte: el fútbol moderno... 

Mal Liverpool

El subcampeón arrancó humillado: el Nápoles, un brillante invento del profesor Spalletti, le pasó por encima en 45 minutos espectaculares. Y falló un penalti. Y Van Dijk sacó bajo la línea un remate a bocajarro. Pudo ser peor: como si la marcha de Sané hubiese roto un equilibrio místico o Jürgen Klopp hubiese perdido el 'mojo', el Liverpool se tambalea en este arranque de curso. El 4-1 final se unió al 1-0 del Zagreb-Chelsea en el cajón de sorpresas de la jornada. No fallaron los demás favoritos, idealizados en un Bayern (0-2 al Inter) que año tras año se las ingenia para volar.