La visión de conjunto que presenta hoy la prisión de Herrera de La Mancha (a 70 kilómetros de Ciudad Real), en poco o nada tiene que ver con la de hace unos años cuando superaba el medio millar de presos. Ahora la cifra está en torno a 400 y solo una decena son presos de ETA, cuando en los 80 ocupaban toda la cárcel concebida como prisión de máxima seguridad para 'alojar' a éstos y otros presos considerados muy peligrosos. Y en este último esquema es en lo que no ha cambiado. Hoy acaban en Herrera presos con condenas muy largas por delitos de sangre y de gran repercusión social 'rebotados' de una o varias prisiones una vez que han sido condenados. No obstante, la mayoría de los reclusos del penal manchego lo son por delitos comunes, casi todos cometidos en la provincia. Algo más de un tercio de los encarcelados en esta prisión son extranjeros. En este aspecto también ha habido un cambio significativo con respecto a los orígenes de Herrera. (Más información en la edición impresa).