En los últimos días ha aparecido un nuevo grupo de "los abajo firmantes", en este caso para hacer de contrapeso a los tradicionales dirigentes "históricos" del PSOE que han venido firmando multitud de manifiestos contra las alianzas de Pedro Sánchez. Un grupo de "veteranos" socialistas con epicentro en Málaga se han reivindicado para decir a los anteriores que el PSOE es tan suyo como de quienes se arrogan la representación del partido ligada al felipismo.
Los históricos del PSOE reivindican las esencias del partido, una socialdemocracia clásica y los valores de la Transición que consideran arrumbados por los nuevos dirigentes del PSOE, pero su actitud no está exenta de contradicciones y a veces da la impresión de que quieren cubrir con una manta de olvido lo que fueron y representaron en el Gobierno y en el seno del PSOE. Alfonso Guerra, uno de los más beligerantes contra Sánchez parece haberse olvidado que fue el autor de una frase que representan la quintaesencia del funcionamiento de cualquier partido, "El que se mueva no sale en la foto", o que le consideren el autor de la muerte de Montesquieu.
Que el expresidente del Gobierno, Felipe González, -al que estuvo a punto de hacer caer "el sindicato del crimen"- se posicione al lado de Alberto Núñez Feijóo para que se permita gobernar a la lista más votada cuando acaba ver de cómo destacados dirigentes de su partido en comunidades autónomas y ayuntamientos, que habían sido los más votados han perdido el puesto ante pactos de perdedores, es tener una mirada muy sesgada. Además de que el PP, en ningún caso ha favorecido esa posibilidad cuando le ha tocado hacerlo. Del resto de socialistas "históricos" resulta muy difícil deslindar los que actúan por despecho de aquellos que buscan el aplauso del PP.
"Los veteranos" pueden presentar las mismas cartas credenciales sobre el respeto a las siglas del PSOE, con el añadido del concepto de lealtad que a veces se echa en falta entre los "históricos". Este grupo nacido por iniciativa del expresidente del parlamento andaluz, Manuel Gracia, ha lanzado un manifiesto en contra de la "satanización" de Sánchez y de reivindicación de sus políticas que inicialmente firmaron 350 políticos andaluces, pero cuya nómina se amplía continuamente con apoyos de importantes dirigentes y militantes socialistas de otras comunidades autónomas y lo que es igual de relevante, de socialistas como Joaquín Almunia y Josep Borrell, -ambos compitieron por dirigir el PSOE- y de exministros que desempeñaron sus cargos con Felipe González en La Moncloa, y que bien podrían adscribirse a los históricos, como Carlos Solchaga, Juan Manuel Eguiagaray, Luis Atienza, Tomás de la Quadra o Manuel Chaves, que llegó a ser presidente del PSOE, además de conocidos "guerristas" de épocas pasadas. Muchos de ellos podrían presentar su memorial de agravios por haber sido relegados en aras de una regeneración que a menudo hace perder a los partidos capacidad y conocimiento de la política. Pero en lugar de convertirse en una cuña, han decidido reforzar el tronco.
Feijóo tiene previsto dirigirse a los varones socialistas si gana sin mayoría suficiente para evitar a Vox y el bloqueo. El PSOE ya se abstuvo en una ocasión con un desgarro interno tremendo. Una lección para todos.