Un varón de 28 años, con antecedentes psiquiátricos, murió ayer atropellado en la A-41 a la altura del punto kilométrico 165, cerca de la cárcel de tercer grado Concepción Arenal que se encuentra en las proximidades del Hospital General de Ciudad Real.

Antes fue llevado por la Policía a Urgencias y lo dejaron de forma voluntaria para que lo observaran, según indicaron a este diario fuentes del Sescam. Desde que llegó se mostró educado y tranquilo, y en un momento dado pidió salir para fumar un cigarrillo, circunstancia que aprovechó para marcharse. Pudo salir porque no estaba custodiado, según las fuentes.

Se marchó y poco después moría atropellado cerca de la cárcel de tercer grado. El cuerpo quedó desmembrado y la recogida de los restos fue «muy costosa y laboriosa», indicaron fuentes próximas a la investigación.

El accidente ocurrió sobre las siete de la tarde y al cierre de esta edición no se había localizado al conductor que causó el atropello.

De hecho, la Guardia Civil trataba de localizar el vehículo y averiguar la identidad de la persona que iba al volante para esclarecer los hechos: si fue un accidente intencionado o no.

Según indicaron a este diario,  los investigadores no descartan nada, incluso que el conductor creyera que se trataba de un animal. El impacto fue tremendo a juzgar por cómo quedó de despedazado el cadáver.

La Guardia Civil de Tráfico realizó las primeras pesquisas en relación al accidente, tras cortar la circulación para favorecer las labores de recogida de los restos del cadáver, así como pruebas e indicios. Al lugar también se desplazaron agentes de la Unidad de Policía Judicial.