En la década de los setenta del pasado siglo, el equipo azulgrana de Barcelona que jugó varios torneos veraniegos, entre ellos, el Ramón de Carranza, con prestigio acumulado para que allí acudieran  los equipos de más solera de España y el  resto del mundo. La organización, perfecta en todos los órdenes, alojaba a los "plumillas en uno de los hoteles céntricos de Cádiz, capital, mientras que los equipos de campanillas, ejemplo, Palmeiras y Barcelona, buscaban sitios más alejados  de la expectación futbolística creada por los aficionados, y marchaban al hotel Jerez de esa misma  ciudad .En este hotel estaba alojado el equipo catalán, al que acompañaba su presidente Josep Luis Núñez. Con él pactamos una cita periodística. Con magnetófono en ristre nos presentamos en el vestíbulo, Para romper la frialdad que ocasiona conocerse por vez primera, el presidente comparecería acompañado de su esposa. Comenzamos la charla repasando sus comienzos en el club, porque hacía poco tiempo de su toma de posesión. Fue elegido presidente el 6 de mayo de 1978 cuando relevó a Ramón Carrasco, tras derrotar en las urnas a Ferrán Ariño. Después nos ocupamos sus proyectos para hacer un gran club que diera que hablar en el mundo. Así ocurriría posteriormente de la mano de Johan Cruyff. Con el flaco nació el mítico "dream Team" que ganó la primera Champions de la entidad en 1992, además de cuatro ligas consecutivas y una Copa del Rey. Bajo su presidencia, el club dio un salto de calidad que le situó en el primer plano mundial. También con Núñez aumentó el patrimonio del club realizando la última gran ampliación en su graderío. Ahora quieren modernizar otra vez su campo a costa de perder su primario nombre. También se recordará su tensa relación con los jugadores Schuster y Maradona y su distanciamiento con las instituciones políticas. Siempre tuvo claro que el equipo azulgrana, que contaba   con numerosas peñas deportivas de sus colores en España y el extranjero, debería estar alejado de las influencias políticas. La anécdota qué relatamos sucedió una vez concluida la entrevista relatada Sobre la mesa alargada se veía un objeto extraño a manera de estuche-bolsa de gafas.Lo comunicamos al personal de recepción de que ese objeto podría pertenecer al señor Núñez con el que habíamos mantenido una interviú, hacía escasos minutos. Una vez mostrada mi identidad, procedieron a ponerme por teléfono con la habitación en la que se alojaba el matrimonio. Pero antes me conminaron a abrir la bolsita para ver su contenido. Lo hice y los ojos de la pareja quedaron sorprendidos junto a los míos. Aunque simularon estar cada uno en su afán laboral, estaban agudizando el oído para escuchar la conversación. Al otro lado del hilo telefónico, me escuchaba la esposa del presidente que tercamente me hablaba "que no echaban de menos nada de su propiedad". La señora seguía erre que erre en sus treces que no se habían dejado nada en la mesa que sirvió de soporte al grabador La puse en atinado camino cuando le dije que el objeto en cuestión era un símbolo religioso. En segundos exclamó: "¡Ah...Ah..si, es mío, es mío" y bajo corriendo. Supongo que esa frase en tono exclamativo mostraba prisas para recuperarlo Era un Cristo de oro, de oro macizo al que rezaba ; precioso, alargado y grueso como dedo de persona mayor, que desprendía destellos a los ojos de una emocionada Lluisa Navarro, esposa  Josep Lluis Núñez. El protagonista del día. ¡Qué tiempos!.