El próximo 20 y 21 de noviembre se celebrará en Ámsterdam la nueva edición de la World Bulk Wine Exhibition, el Encuentro Mundial de Vino a Granel, que impulsa la empresa ciudadrealeña Pomona Kepeers y de la que Otilia Romero de Condés es su directora general. En esta entrevista ofrece todos los detalles de esta feria que ya alcanza su edición número 15.

La feria cumple en esta ocasión 15 ediciones, ¿se esperaba la trayectoria que ha tenido?

Cuando se inicia un proyecto de esta envergadura, nunca sabes ni cuánto va a durar, ni cómo va a reaccionar el mercado. El trabajo profesional que hemos hecho es, por un lado, de investigación y, por otro lado, de conocimiento profundo del mercado vitivinícola y del vino. No tenemos que olvidar que Vicente Sánchez Migallón, el director técnico, es enólogo y ha estado como presidente internacional del sector, por lo que conocía perfectamente la necesidad que había en el mercado de una feria de vino a granel. Cuando uno inicia este proyecto, nunca sabes cómo va a terminar, pero siempre tienes la ilusión de que continúe como una feria absolutamente necesaria, que es lo que es en este momento. 

«Hemos puesto de moda un producto que estaba denostado» - Foto: Rueda Villaverde¿Qué ha sido lo más complicado de este periodo?

Cambiar la tendencia, sobre todo de España, porque en España y en algunos países no estaban habituados a salir a vender el granel y a no esperar a que te compren. Cuando eres proactivo, de pronto te das cuenta de dónde están las tendencias del mercado y qué es lo que tienes que hacer en tu bodega para ponerte al mismo nivel que está el resto del mundo. Y eso es importantísimo. 

¿Y lo más gratificante?

Bueno, el proyecto es una locura y lo que más nos ha ilusionado es que hemos puesto un producto absolutamente denostado y que además casi se escondía, de moda. Es la tendencia del mercado del vino ahora. Eso por un lado y, por otro lado, la transparencia de los compradores y los actores en el mundo del vino. Esto es muy importante y no debemos retroceder nunca. Las ferias son importantísimas para que los compradores y los brokers sean honestos con el comprador y con el vendedor.

¿Cómo piensa que la feria ha incidido en ese mercado del vino? 

En primer lugar, no había una plataforma donde el mercado de grandes volúmenes pudiera verse. Eso para empezar. Los compradores lo que hacían en su día a día era hacer viajes, por lo menos de 10 días a Argentina; otro viaje a Chile, o bien se tenían que ir a Estados Unidos o venir a España y aquí quizás desde Madrid visitar La Mancha, Extremadura, etc. Pero ahora en dos días pueden ver la producción mundial de los 30 países productores más importantes del mundo de vino. Fíjese si ha cambiado esa tendencia para los compradores. Y para los vendedores también. No es igual esperar a que vengan a comprarte, que salir a un sitio donde hay una plataforma que está llena de compradores a los que les interesa tu producto. 

Este año todo apunta a que habrá un récord en el valor de las exportaciones de vino, ¿piensa que la feria ha incidido en ese aumento del importe de este producto? 

Yo creo que es el mercado. La feria es una plataforma donde se ve toda la actividad. Pero es como si dijera: ¿tú crees que la Bolsa es responsable? No, es el mercado. El mercado que se está regularizando también. Ha habido un 20% menos de cosecha casi en Castilla-La Mancha y eso va regularizando un poco los precios. Cuando hay menos cosecha, los precios suben sensiblemente. Por otro lado, yo creo que las bodegas están preparadas y han hecho una gran labor porque ahora mismo los productos que se están vendiendo intentan que sea de calidad, que es lo que se está buscando. Y, claro, si hay calidad, el precio sube. Y, a nivel mundial, es desde hace 60 años la cosecha más pequeña que ha habido. El cambio climático es una realidad y es que ha habido desgracias en todo el mundo, desde heladas a mildium, inundaciones, DANAS... Si empezamos país por país, no hay ni uno que se haya librado, ha sido tremendo, solo ha crecido en Nueva Zelanda, en el resto, en todos han decrecido. 

Ese es el nuevo escenario de cara a la feria: una caída de la producción e intentar competir para ganar precio, ¿no? 

Bueno, hay que competir siempre por calidad-precio, nunca por precio. Porque si es por precio, entonces, ¿dónde está la calidad?, ¿dónde está el producto? Hay que poner siempre en valor el producto y todo el trabajo que hay detrás de un vino. Creo que hemos cambiado de generación de compradores y cada vez se valora más ese tema, el de la calidad. Y luego hay una cosa muy importante que hay que tener en cuenta a nivel mundial y es: cuáles son las tendencias de los nuevos consumidores. En eso en la feria siempre somos la punta de lanza a partir de nuestras conferencias y de todo el trabajo de investigación que hacemos, porque tenemos a cuatro periodistas trabajando, investigando, viendo qué tendencias hay y viajando, que es lo que hay que hacer para saber cómo van las bodegas. Es muy importante saber cuál es la tendencia ahora mismo del vino.

¿Cuáles son esas tendencias?

Hemos entrado en una generación en la que nos gustan vinos con menos graduación, incluso cero. Una embarazada, por ejemplo, se puede tomar un vino cero. ¡Qué bien! ¿no?  Y es que ahora no tenemos los mismos hábitos, no comemos en casa y cuando lo hacemos, lo hacemos deprisa. Por lo que, ¿cuándo hay tiempo de tomarse unos súper vinazos tintos?- Pues el fin de semana en casa, ya no es una cosa diaria. Por tanto, se demandan vinos con menos graduación, como también envases distintos. Los espumosos, por ejemplo, están subiendo muchísimo, y las mujeres han entrado, gracias a Dios, como consumidoras y demandamos casi siempre los vinos blancos. Todo esto hay que tenerlo en cuenta, no podemos esconder la cabeza como el avestruz. Los vinos tintos se demandan menos, aunque solo sea por el clima, apetece algo fresco y no algo más caluroso. Todo esto se trata también en la feria en las conferencias. Fuimos los primeros que hablamos de sostenibilidad o de lo que era la huella de carbono.

¿Todo esto va a obligar a cambiar el chip a las bodegas?

Creo que tenemos que reflexionar. Incluso desde la administración tenemos que reflexionar. ¿Qué tenemos plantado?, ¿qué producciones tenemos?, ¿cómo se puede regularizar el mercado?, ¿qué hacemos con los vinos tintos? Los vinos tintos ahora son para el postre. Se come con cava o con espumoso, como se quiera llamar, o con algún blanco, y luego se termina en los postres con un buen tinto. Fíjese si está cambiando el mercado, al revés que hace 20 años o 15 años. Nos tenemos que adaptar, los franceses se están adaptando. Por eso, cuando uno va a la feria, ve que hay otros que se están adaptando, que están metiendo el marketing también en los vinos de grandes volúmenes y dicen: vamos a hacer vinos de calidad porque estamos preparados para hacer vinos de calidad, las bodegas están preparadísimas técnicamente. Por tanto, hay que poner esos vinos, salir, venderlos, ponerlos valor y saber negociarlos. 

¿Qué porcentaje de vino a granel del mundo puede acaparar la feria?

Lo hemos calculado. Ahora mismo hay unos 30 países productores representados en la feria, casi todos los que hay, y haciendo un poco la valoración de sus cosechas y dentro de esas cosechas la oferta que tienen de vino a granel, nosotros podemos decir que aproximadamente entre un 70- 72% de la oferta mundial estará en la feria, y de Castilla-La Mancha, el 85%. 

¿Cómo valora la respuesta de las bodegas que van a asistir, en especial de las de Castilla-La Mancha?

Pues ha habido muchas desgracias en Castilla-La Mancha este año, ha sido tremendo y por eso que hay menos cosecha, ya que ha habido araña o milidum... No nos hemos librado de nada. Eso se nota. Hay bodegas que lo están pasando regular y mal y este año hay un poquito menos de afluencia. Es verdad que el mercado se va regularizando, pero vamos, aunque tengas poca o mucha cosecha, si te mueves de la foto, ya no estás. Si no estás en la plataforma en la que tienes que estar con tu negocio, te has desdibujado. Mire, Francia tiene récord de bodegas expositoras este año. ¿Por qué? Por qué también ha tenido un mal escenario, pero ellos saben que más que nunca tienen que estar en ese sitio para no perderlo. En este caso ha bajado un poquitín Castilla-La Mancha en afluencia, pero ha habido un interés tremendo de otras regiones: Rioja, Navarra, Valencia, Alicante o Murcia, por lo que se va equilibrando todo. 

¿Qué previsiones tienen de visitantes para esta nueva edición?

Estamos a unos niveles ya prácticamente del año 2019, de prepandemia por las inscripciones que hay ahora mismo. La feria está en récord ahora mismo. 

¿La feria sigue contando con el apoyo de la administración?

Sí, la Consejería de Industria ha sido siempre la que ha apostado por la feria y también la Consejería de Agricultura dio su apoyo institucional con su presencia, pero realmente siempre quien nos ha apoyado en esta feria ha sido la Consejería de Industria, a través de IPEX. Pero sí, Castilla-La Mancha, por supuesto que nos apoya. 

¿Y con el apoyo de Globalcaja?

Sí, sigue, no como patrocinador, pero sí como socio prioritario. Además, es muy importante. Globalcaja es uno de los patrocinadores generales que hay, seguimos trabajando con ellos prácticamente en exclusividad, no tenemos ningún otro banco, ni lo vamos a buscar, ni queremos. Las relaciones son fantásticas.

¿Prevén volver a celebrar la WBWE Asia?

Sí, llevamos tiempo investigando el mercado asiático y, de hecho, cuando he hablado de los compradores, la novedad de este año es que vuelven a venir los compradores asiáticos, ya que hasta ahora por la pandemia hemos estado con unos niveles bajísimos. En cuanto a la WBWE Asia, sí, lo tenemos en mente, este año todavía no, aunque queríamos hacerlo en junio de 2024, pero seguramente lo pospongamos al 2025, porque todavía no está preparado del todo Asia, no han recuperado esos niveles de compra que deberían recuperar. De hecho, tenemos una reunión ahora con nuestros socios, Vinexposium, y la idea es hacerlo ya en el 2025. 

¿Y retomarán la WBWE de Estados Unidos?

En Estados Unidos nuestro socio Vinexposium tiene un montón de ferias, entre ellas en Nueva York, por lo que, a lo mejor en vez de irnos a otro sitio, tendríamos que ir a Nueva York y no sería en California. Está encima de la mesa, pero le tenemos que dar una vuelta a ver en qué medida se puede desarrollar.