Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Maldito superávit

26/05/2023

No tengo claro cuando se asentó la idea de que hay que poner el mundo patas arriba justo antes de las elecciones. En el pueblo donde vivo, que tiene menos de 15.000 habitantes, llevan dos semanas haciéndonos la vida imposible para asfaltar todas las calles. No es una figura retórica. Están asfaltando literalmente todas las calles. Lo sé porque me han obligado a cubrir tantos trayectos esquivando conos naranjas, que he visitado el pueblo entero, incluidas varias calles que no había transitado en mi vida.
Ahora mismo hay tal cantidad de hormigoneras y tal cantidad de personas asfaltando mi pueblo que no alcanzo a entender a que se dedica toda esta gente y todas estas máquinas cuando no hay elecciones municipales. Como dijo Danny De Vito cuando visitó Madrid durante la alcaldía de Alberto Ruiz Gallardón: «Es una ciudad preciosa, pero espero que encuentren cuanto antes el tesoro».
Ningún demócrata convencido debería verse sometido a esto. Quince días cagándome en el superávit municipal, una cosa que yo pensaba que era deseable. Prefiero el asfalto que había antes, con sus imperfecciones, que estas pistas perfectas y tersas como la piel de un recién nacido. La conclusión a la que me empujan es que en el Ayuntamiento hay una panda de inútiles gestionando mis impuestos, gente que no sabe hacer otra cosa con el dinero que llenar mi vida de alquitrán dos semanas antes de poner las urnas.
Incluso les diré que leo con envidia que en algunas ciudades del país están pagando hasta 150 euros por un voto. Con esa suma pasamos un fin de semana fantástico en mi familia. Como conozco a muchos vecinos, estoy convencido de que la mayoría preferirían vender su voto con tal de ahorrarse dos semanas de gymkhanas y rallies.