Un valor refugio

C.C. (SPC)
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Los economistas aseguran que 2023 está siendo un año muy atractivo para los inversores, que ven en los metales preciosos como el oro o la plata una excelente oportunidad para rentabilizar sus ahorros y diversificar sus capitales

Un valor refugio - Foto: Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

En épocas de incertidumbre y de alta inflación como la actual, pocos valores financieros resultan interesantes para los inversores. Así, ni la Bolsa ni tampoco los productos de la banca despiertan interés ante la escasa garantía que ofrecen a la hora de incrementar el poder adquisitivo y la rentabilidad del patrimonio de los ahorradores. La estrategia más habitual sigue siendo la fórmula tradicional, es decir, recurrir a valores seguros como los metales preciosos, fundamentalmente el oro y la plata, que se siguen presentando como una importante oportunidad de revalorización.

 Los expertos sostienen que este mercado de metales tan escaso, históricamente, se ha visto como algo propio de bancos o, quizá, de grandes fortunas pero, a día de hoy, las posibilidades que existen para su adquisición son mucho mayores y, de hecho, está abierto a todo tipo de inversores, desde los más potentes hasta los más modestos. 

Así, por ejemplo, si hablamos de lingotes de oro, a los pequeños ahorradores les cuesta verse a sí mismos como compradores por las altas cifras que supone este tipo de productos. Sin embargo, es un tipo de inversión que cada vez está más en auge al comercializarse en piezas más pequeñas adaptadas a todos los bolsillos y, tanto desde la crisis de la COVID-19 como a partir de la guerra de Ucrania y en la actualidad con una inflación tan alta, vemos que la gente que cuenta con cierto capital que no precisa en su día a día invierte cada vez más en productos como el oro, la plata o, incluso, el platino, titanio o paladio. 

El precio del oro ha registrado subidas muy importantes, siempre lo ha hecho, y tiene un comportamiento más estable que los fondos y no está sometido a tantos vaivenes.

El oro cerró 2022 alrededor de los 1.800 dólares la onza con una revalorización del 6%, lo que preservó la riqueza de los inversores en un escenario de caídas en los mercados. Los economistas sostienen que, en períodos inflacionistas, las materias primas como activo real no pierden valor y su tendencia es siempre alcista con importantes revalorizaciones. Las previsiones para este año de los expertos defienden que el oro seguirá subiendo hasta acercarse a los 2.000 dólares, que sería un valor muy aceptable, siempre que se mantenga la inflación.

En esta línea, los metales preciosos son una opción muy utilizada para diversificar inversiones. 

En este contexto, están aflorando empresas muy profesionales y solventes, tanto en el mercado online como en el comercio físico, que facilitan la compra a pequeños inversores con propuestas muy accesibles mediante lingotes y monedas de diferentes tamaños y valores.

Lingotes

El mercado mayoritario comercializa piezas de oro y plata. Así, por ejemplo, en cuanto a lingotes de oro, se pueden encontrar desde un gramo de peso, con un precio que ronda los 70 euros, hasta los de un kilo, que pueden oscilar entre los 50.000 y los 60.000 euros. Y respecto a los de plata, el más pequeño que se suele comercializar es de cinco gramos y cuesta poco más de 13 euros, mientras que los de un kilo pueden rondar los 1.000 euros. 

Los analistas aseguran que, básicamente, existen dos tipos de compradores: los que invierten con la intención de que el metal se revalorice, de sacar rentabilidad a su dinero en el medio y largo plazo, y los que buscan piezas específicas, como ocurre en el caso de muchos compradores de monedas. Pero, incluso, en el caso de los coleccionistas, estos artículos son una inversión porque con el tiempo ganan valor.

El margen de este mercado que mueve unos 2.000 millones de euros anuales, es mucho menor que el de las marcas de lujo. Se puede decir que se asemeja más al del negocio de cambio de divisas. 

En conclusión, los metales preciosos son un valor seguro para los inversores más conservadores que ven en épocas de inflación y altos tipos de interés una buena oportunidad para invertir su dinero con la certeza de que, aunque su comportamiento sea bajo, estará por encima de las rentabilidades que ofrece la Bolsa o los productos financieros.