Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Usos y abusos del tuteo

08/11/2022

En un tratado de urbanidad leímos unas frases que despertaron tanto interés que se acuñaron en mí tan fijamente que el tiempo no ha podido con ellas. Venían a decir que Aristóteles definió al hombre como un animal social, es decir, como un ser que necesariamente debe vivir como otros en el seno de una comunidad organizada.
Otros pensadores muy posteriores al ilustre griego, como Durkheim, han estudiado en profundidad el denominado proceso de socialización, mediante el cual el hombre adquiere, paulatinamente, todos los elementos que integran la cultura: creencias y valores. A través de este proceso de asimilación progresiva de conductas e ideas, el individuo adquiere la noble y arriesgada condición de persona. La calle y lugares públicos marcan los índices más fiables para juzgar el grado de civilización alcanzado por una nación. Ciertas reglas de cortesía han sido arrumbadas a lugares ocultos. 
Las reglas de cortesía cobran una especial dimensión en esos espacios y permiten distinguir un país civilizado de otro. Diariamente, utilizamos la calle para desplazarnos, a hacer gestiones y compras e incluso en algunos casos para disfrutar del simple placer de un buen paseo. La obligación de pedir disculpas a quienes hemos empujado sin intención o de ceder el paso ante una puerta o ceder la derecha a las personas mayores cuando se camina por el acerado, están de capa caída, aunque siempre habrá excepciones.Y no digamos nada del abuso y uso del tuteo, generalizado desde hace muchas décadas, sin tener en cuenta  edad y  saber: prestigio y titulación. 
He visto a 'plumillas' de tratar a un premio Nobel de colega, porque el laureado de las Letras escribía en su periódico; otro que compadreaba con el obispo de su Diócesis, porque fue monaguillo de su parroquia. Por aquí lo moderno es igualar todo con el mismo rasero. Que no haya diferencias entre alumnos y maestros; entre capitanes y soldados y entre estudiantes que clavan codos y los dedicados a molestar a los demás en sus  estudios. El tuteo ha invadido también otras profesiones. Las tarimas que vio uno en los institutos de Enseñanza Media fueron retiradas, porque suponían una elevación física del profesor por encima del alevín que se examinaba. 
La clase política que aprobó leyes para esa acción, sigue ocupando los espacios más altos si son jerarcas de tomo y lomo A. los profesionales de Magisterio que conocí cuando apenas desperté en la docencia, les colocaba su usted y su don como les correspondía. Y no bajé ese tratamiento nunca, aunque me lo pidieran en alguna ocasión. Don Francisco, don Alfredo, don César, don Paulino, doña Emilia y doña Segunda, mi trato con ellos fue proverbial como mandan los principios de la buena educación. 
Una anécdota al respecto me toca contársela a ustedes, amigos lectores. Ocurrió al final de curso cuando el nuevo siglo y milenio habían levantado el vuelo, Un componente del Ampa del cole llevó en la orden del día una pregunta para el presidente de ese órgano colegial: ¿ .Por qué a don Fulano, que era el director, le llamaba de usted y don, todo el colegio...? Y en esas estamos.