El 16 de mayo de 2004, a los 59 minutos del Barça-Racing (jornada 37), Frank Rijkaard ordenaba un cambio: Marc Overmars sustituiría a Luis Enrique. El momento tuvo una enorme importancia simbólica en el barcelonismo, ya que el asturiano (33 años) se despedía oficialmente del Camp Nou… y en el gesto de ceder su brazalete a Carles Puyol había aún más carga, ya que fue la última vez en que el primer capitán del Barça no 'nació' en La Masía.
Ya en la 2005/06 fue el defensa quien lideró la terna de jefes, luego Xavi durante una temporada, Iniesta duró tres, Messi otros tres, Busquets desde 2021… y ahora es Sergi Roberto quien toma el relevo de todos ellos, algunos retirados y otros en sus últimos años de actividad profesional, ya lejos del club.
Su continuidad fue objeto de polémica en el barcelonismo. El 'chico para todo' de Reus cuenta con una ruidosa masa de críticos en la grada. «Con Sergi he visto una de las críticas más injustas en mi carrera hacia un jugador de la casa. Es más culé que el palo de la bandera. Siempre rinde, nunca se queja, tiene una actitud espectacular». Xavi Hernández saltó como un resorte en su defensa el pasado 20 de febrero, el día en que el mediocampista abría el marcador (2-0) ante el Cádiz.
Los palos
El entorno azulgrana, eterno ruido de fondo, la tomó con los líderes azulgranas (Piqué, Busquets, Alba y Sergi Roberto) en el proceso de 'ajuste salarial'. Todos se redujeron el sueldo o, directamente, perdonaron dinero a la entidad… pero la herida ya estaba abierta. Además, así como los tres primeros tenían un papel importante en el vestuario y en el césped, el '20' aparecía ante esa masa crítica como un bulto sospechoso. Sergi 'Romuerto' o Sergi 'Tormento' fueron sus apodos en las redes sociales azulgranas, donde le convirtieron en el 'ase dels cops', la expresión catalana (el asno al que le caen todos los palos) que señala al 'cabeza de turco'. Esa masa no entendió la renovación del jugador, sellada a bombo y platillo el pasado 3 de marzo, ampliando su contrato hasta junio de 2024, rebajando notablemente su ficha y estableciendo una nueva cláusula de 400 millones de euros.
La maniobra iba un paso más allá de lo deportivo. Era algo claramente simbólico. «Es un capitán tremendo. Quiero que siga muchos años aquí», manifestaba Xavi, consciente de la importancia de que los galones más importantes, 20 años después, los siga llevando un futbolista criado en casa para seguir dando un lugar de privilegio y orgullo a su 'ADN'.
Pasado y futuro
De hecho, en 25 de las últimas 27 temporadas, el primer capitán del Barça fue un jugador formado en la casa: antes de Luis Enrique, quien portó el brazalete dos campañas, fueron Pep Guardiola (de 1997 a 2001) y Sergi Barjuán (2001 y 2002). Fue precisamente el hoy técnico del Manchester City el encargado de arrancar con la tendencia que hoy dura hasta nuestros días, ya que anteriormente habían capitaneado al equipo jugadores como Popescu, Bakero, Schuster, Asensi o Cruyff.
Y ahora, ¿quiénes acompañarán a Sergi Roberto en el liderazgo del conjunto azulgrana? El segundo en el escalafón (al que le corresponderá llevarlo durante muchos minutos, dado el teórico papel suplente del '20') es Marc André ter Stegen, que ya entró en la 2022/23 como cuarto capitán tras la retirada de Piqué. Para los otros dos 'puestos libres', el vestuario debe votar este curso. Si fuera por temporadas en el club entrarían Ousmane Dembélé y Frenkie de Jong, pero por carácter y ascendiente sobre los compañeros, los nombres que más suenan son los de Ronald Araújo y Robert Lewandowski… aunque no se descarta que el futbolista más joven de la plantilla, Gavi, accediese a una capitanía simbólica: el 'ADN Barça' también sirve para lucir brazalete.