El sector ganadero está instalado en la incertidumbre. La sequía está suponiendo una importante falta de alimento para los animales y a ello se suma además el calor. Con temperaturas por encima de los 30 grados en muchos puntos de la provincia, los ganaderos se encuentran ahora en una encrucijada: esquilar a sus ovejas o esperar. El motivo es el miedo que existe a que se extienda la viruela ovina de una explotación a otra, de manera que en muchos casos «se están conteniendo» a la espera de ver cómo evoluciona esta enfermedad. 

«Les da mucho miedo la viruela ovina, porque puede ser un factor de transmisión», afirmó a este diario Daniel Rojas, técnico de ganadería de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha. De hecho, comentó que están a expensas de ver si la Junta de Comunidades publica un protocolo de actuación que siente las bases sobre cómo se debe proceder a la retirada de la lana, que considera que debería ir «desde las zonas más afectadas al foco de la viruela, que están en Alcázar de San Juan, y aproximarse después éste». 

Sin embargo, reconoció que ya ha habido muchos ganaderos que han esquilado, ya que hay cuadrillas en la provincia desde marzo. De hecho, lo están haciendo teniendo en cuenta el calor que ya sufren los animales, lo que les genera situaciones «de estrés» que afecta a su producción, aunque teniendo en cuenta las directrices de los veterinarios para evitar la transmisión de la viruela.  

«Preocupación y miedo» para esquilar por la viruela - Foto: Rueda VillaverdeEsto mismo fue lo que motivó a José Luis Pérez, ganadero de Carrión, a esquilar él mismo y que no entraran personas ajenas a la explotación. 

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