Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


La dedicatoria del libro

26/04/2023

Como cada 23 de abril, el Grupo Literario Guadiana hacía el pasado domingo su ofrenda de una corona de laurel a la estatua de Cervantes. Así, en la plaza de Cervantes de Ciudad Real, nos reuníamos un nutrido grupo de escritores para homenajearle y leer, en torno a él, fragmentos de su obra universal, cuentos y otros poemas sobre la palabra oral y escrita. Parecía que él fuese un amigo más, que nos recibía para festejar su fiesta, que escuchaba y comprendía nuestras lecturas desde su estatua. Esta preciosa tradición es nuestra forma de celebrar este día tan grande que se celebra a este objeto tan lleno de vida y que tanta vida da a todas las personas que se acercan a él: el libro.
Coincidía en esta fecha, este año, la celebración de la Feria del Libro en nuestra localidad, que ofrecía, además de las casetas de las diferentes librerías y editoriales, un sinfín de actividades en torno a la lectura como cuentacuentos o teatro, siendo el resultado un gran éxito de público.  Es muy gratificante comprobar esta alta participación y ver a tanta gente, de todas las edades, comprando libros en papel. Este formato sigue siendo mi preferido. Confieso que me cuesta mucho aún leer en ebook, aunque pueda resultar más práctico por su menor tamaño e inmensa capacidad de almacenamiento. Considero que leer despierta todos los sentidos, puesto que las palabras que nos regalan las personas que los escriben nos llevan a evocar olores, sabores, sonidos, paisajes o tactos con  las precisas descripciones y metáforas que esconden en su alma. Y es este último sentido, el tacto, otra de las grandes experiencias que se viven al manejar el libro en papel. Acariciar sus páginas y su portada, sostenerlo en las manos, buscar con nuestros dedos las hojas anteriores y releerlas son ceremonias especiales de las que nos privan las pantallas. Escuchaba hoy que ambos formatos, el tradicional y el digital conviven en armonía y el 70% de los libros se adquieren en librerías, esos lugares mágicos donde descubrimos obras maravillosas. Ha quedado constatado que la afición por la lectura aumentó con la pandemia y eso aún se nota en la venta. Sin duda alguna la narrativa y la poesía salvaron a muchas personas del ostracismo y la soledad en el tiempo del confinamiento porque una de las hermosísimas funciones que tiene la literatura es la de dar compañía al ser humano. 
En las ferias del libro se suele reforzar ese amor que tengo al libro en papel. Veo a numerosos hombres y mujeres, llenos de ilusión, firmando los ejemplares de las obras que han creado y me encanta acercarme y pedirles el correspondiente autógrafo y dedicatoria. También les cuento, por experiencia propia, que a los autores nos encanta charlar con nuestros lectores y recibir sus opiniones. Ese libro, con las palabras manuscritas de esa persona que ha vertido en él tantos retazos de su alma, adquiere entonces un valor diferente y especial. 
En ese momento, cuando tengo ya las palabras escritas a bolígrafo o pluma que se dirigen expresamente a mí, pienso y me reafirmo en que el libro en papel es un baúl que guarda, además de todos los tesoros de cualquier obra escrita, una calidez mágica que convierte su lectura en un momento especialmente feliz.