El edificio de Rey Santo precisa una rehabilitación integral

Hilario L. Muñoz
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Los afectados reclaman apoyo al conocer el informe del arquitecto que apunta a un proyecto de años y que supondrá un coste elevado para los propietarios

Policías locales acuden con técnicos al edificio de la avenida del Rey Santo, días después del derrumbe - Foto: Rueda Villaverde

Ocho meses después de la evacuación del edificio de la avenida del Rey Santo 17 por el derrumbe de parte de la primera planta, los vecinos del inmueble cuentan con el informe del arquitecto que señala que «el edificio no es habitable hasta que no haya un proyecto y una rehabilitación del mismo». El inmueble se libra de la piqueta, no es necesario su derribo, aunque los vecinos se enfrentan ahora al nuevo problema del coste que tendrá esa rehabilitación del edificio. 

El documento fue conocido el viernes por los vecinos en una asamblea y aún tiene que pasar por el visto bueno del Ayuntamiento de Ciudad Real para que sea firme. De momento, con el documento en la mano, los propietarios del edificio deben decidir si afrontan un coste «inasumible» para muchos o plantearse segundas alternativas. Para una posibilidad u otra pedirán el apoyo de las administraciones, avanzó Jesús Gago, uno de los vecinos y que viene ejerciendo como representante de esta comunidad. 

«Lo más probable es que el Ayuntamiento nos diga que ratifica el informe del arquitecto y hasta que no haya una rehabilitación, prohíban el acceso al edificio», indicó Gago, recordando que cada vecino lleva ocho meses buscándose la vida: «Por suerte ninguno duerme en la calle». Una rehabilitación como la que se plantea implica una obra a varios años y en el inmueble viven vecinos de edad avanzada, con más de 80 años, y otros en situación de vulnerabilidad, por estar en desempleo, que no pueden afrontar una obra. Apenas son ocho propietarios que podría implicar un desembolso de 15.000 o 20.000 euros, que se suman al gasto que llevan acumulado por no poder hacer uso de sus viviendas. «La situación es angustiosa», dijo Gago, recordando que afrontar una rehabilitación como esa puede ser «como tener un agujero en el bolsillo», porque «las obras empiezan de una manera» y, luego, podría ocurrir cualquier circunstancia cuando empiecen los trabajos en todo el inmueble, que suponga aumentar el desembolso previsto inicialmente. 

«Deberíamos de tener algún tipo de respuesta o algún tipo de ayuda», indicó Gago, para afrontar esta situación y así lo harán saber a las administraciones tanto autonómica como local, a las que tienen intención de pedir su apoyo para superar este momento crítico. De hecho, en la reunión del viernes se habló también de la posibilidad de derribar el edificio ante el alto coste de rehabilitar y también plantear otras opciones con esas viviendas, ubicadas a metros del centro de la capital, como podría ser negociar con alguna constructora, aunque se trata de alternativas, sin que se haya tomado ninguna decisión al respecto. 

La intención ahora es buscar apoyos en las administraciones y votar en una próxima asamblea, cuando tengan el informe del Consistorio, sobre cuál es el futuro del inmueble. «Necesitamos que la gente tenga conocimiento de la situación que estamos pasando», pidió Gago, para que la reivindicación de estos vecinos no caiga en el olvido. 

El 1 de julio del año pasado comenzó el calvario de estos vecinos, que tuvieron que ser desalojados del edificio, tras derrumbarse parte de la cocina y el baño de una vivienda del primer piso. Desde entonces se ha trabajado en estos informes para conocer el estado estructural del inmueble y qué es necesario para que estos propietarios puedan volver a tener su vivienda.