La selección española de balonmano, ganadora de los dos últimos Europeos y que presenta como gran novedad al pivote manzanareño Rubén Marchán (Ademar León), arrancará este viernes (18 horas, Teledeporte) su andadura en el Mundial de Egipto con un exigente compromiso ante Brasil, que el conjunto sudamericano afrontará mermado por el coronavirus.
Hasta siete casos positivos contabilizó el equipo brasileño durante la fase de preparación en la localidad portuguesa de Rio Maior, entre ellos, el técnico Mauricio "Tatá" Oliveira, el portero Leonardo Tercariol, guardameta del BM. Benidorm, y el lateral del Barcelona Thiagus Petrus, que no podrán disputar el torneo.
Importantes bajas, especialmente la de Thiagus, considerado como uno de los mejores especialistas defensivos del mundo, que no rebajarán, sin embargo, las dificultades que entrañará doblegar a un rival que no ha dejado de crecer en los últimos años.
Integrantes de la selección española de balonmano. - Foto: RFEBM"Brasil ya lo hizo muy bien en el último Mundial en el que no sólo fue capaz de ganar a Croacia en la segunda fase, sino que también ganó a equipos como Rusia, Islandia o Serbia. Además de tutear a Francia en el partido que les enfrentó en la primera ronda", advirtió el seleccionador español, Jordi Ribera, en declaraciones a EFE antes de partir hacia Egipto.
Pocos conocen a Brasil como el preparador español, que no sólo dirigió al combinad brasileño entre los años 2012 y 2016, sino que también sentó las bases para que el gigante americano sea capaz de competir de igual a igual con los equipos europeos. "Es un equipo que ha ido creciendo, que ha ido adquiriendo esa experiencia, que ha ido colocando a jugadores en equipos europeos importantes como Langaro o Thiagus en el barcelona o Rogerio en el Veszprem, lo que la hace una selección temible, un equipo muy físico y con argumentos tácticos de cualquier selección europea de primer nivel", señaló Ribera.
Este crecimiento no impidió a España doblegar al conjunto brasileño en el pasado Mundial por un claro 36-24, en un choque en el que la defensa de los "Hispanos" no concedió la más mínima opción al conjunto sudamericano.
Defensa y mucho más
La exhibición defensiva de la selección española deberá volver a repetir este viernes en el pabellón de Nueva Capitl para contener un ataque en el que además del pivote Rogerio Moraes destaca la presencia de cañoneros de la talla de Guilherme Toledo o el ya mencionado Haniel Langaro.
Sin embargo, para sumar sus primeros puntos en el torneo a España no sólo le bastará con su defensa, sino que tendrá que mostrar la misma fluidez ofensiva que ya mostró en Colonia para superar el incomodísimo 5-1 defensivo que implantó Jordi Ribera y que Brasil sigue utilizando con maestría.
Es en este sentido donde más dudas genera el equipo español, que, condicionado primero por la pandemia de coronavirus y posteriormente por el temporal de nieve, que obligó a suspender el partido previsto con Croacia en Madrid el pasado sábado, tan sólo ha podido disputar dos encuentros desde que se proclamó campeón de Europa en enero de 2020.
Una falta de partidos que España confía en superar con la madurez competitiva que le caracteriza y, sobre todo, con la compenetración existente entre unos jugadores que prácticamente juegan de memoria, tras compartir la pista durante muchos años.
"Prácticamente desde el Europeo hasta ahora el grupo no se ha podido reunir y eso siempre es un inconveniente, pero afortunadamente los jugadores se conocen mucho y al poco de entrenar ya se generan esos automatismos que había anteriormente. Esperemos que eso nos ayude a entrar bien en la competición", indicó Ribera.
Y es que los "Hispanos", que además de con Brasil se medirá en la primera fase con las selecciones de Polonia y Túnez, deberán rendir desde el primer día del torneo al máximo nivel si no quieren complicarse la clasificación para la segunda ronda, el primer paso en el camino hacia la ansiada tercera "estrella" de campeón mundial.