«En el futuro se mirará más a las variedades autóctonas»

M. E.
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El presidente de la DO La Mancha hace balance de la vendimia y augura modificaciones en las explotaciones si el cambio climático sigue adelante

«En el futuro se mirará más a las variedades autóctonas» - Foto: Tomás Fernández de Moya

Unas 250 bodegas y cooperativas, más de 16.000 viticultores y 160.000 hectáreas son las cifras que convierten a la Denominación de Origen (DO) La Mancha en la gran referencia vitivinícola no solo de la provincia, sino también de la región. Al frente está Carlos Bonilla, que aguarda con interés el cierre definitivo de una vendimia a la que apenas le quedan unas jornadas de trabajo.

¿Cómo ha ido la campaña?

En calidad está siendo bastante buena. Normalmente, cuando hay poca cantidad la uva entra en muy buenas condiciones. Empezó a entrar muy pronto, pero en muy buena situación, con un PH bastante equilibrado y unas acideces altas. El inicio fue muy bueno, aunque fue demasiado temprano, a finales de julio. Nunca habíamos tenido una vendimia tan temprana.

Va a ser un año de una cosecha bastante mermada y de calidad buena, y tenemos claro que hay que hacer todas las acciones posibles para exportar e intentar evitar la merma en el precio a partir de una buena calidad.

Un año más de sequía pero con lluvias a última hora, con DANA incluida. ¿Cómo afectó?

De distinta manera. Hay zonas donde solamente cayó agua y la uva airén, que era lo que faltaba por vendimiar, se recuperaba un poco, pero también hubo muchas zonas con piedra y granizo donde quedaban arrasadas, sobre todo en la zona de La Mancha. Depende a quién se le pregunte. 

¿De qué manera puede repercutir en los precios esta situación?

Estamos en un mundo global y el consumo de vino a nivel mundial ha bajado, lo que provoca que a lo largo de los años se vayan acumulando existencias, principalmente en vinos  tintos. Esto, por un lado, viene bien para equilibrar esa producción con ese consumo, pero también es cierto que hay zonas donde la producción ha sido muy inferior y ahí lo van a pasar peor.

Los precios puede que se recuperen un poquito, sobre todo en vinos blancos, pero los tintos todavía yo creo que va a pasar al  menos un año para que todo se equilibre, porque es cierto que todavía quedan bastantes  existencias. Lo estamos viendo en destilaciones en la zona norte de España o en Francia, donde hay un problema de estocaje todavía importante. Por lo tanto, yo creo que los precios, sobre todo en tintos, se van a contener a pesar de la baja producción que vamos a tener, no solamente en Castilla-La Mancha, sino en toda la geografía nacional. 

¿Airén y tempranillo siguen siendo las dos variedades más predominantes en la DO La Mancha?

Son las dos variedades estrella o prioritarias en La Mancha. Es cierto que tenemos muchísimas variedades más, pero son minoritarias. El airén sigue siendo casi el 50 % de La Mancha. Quizá está un poco más denostada estos años, pero viendo las adversidades climáticas que estamos teniendo, posiblemente se vuelva a poner en valor porque es una  de las variedades que mejor van a soportar las sequías y los cambios climáticos, porque  es autóctona.

El tempranillo también lo es. Es cierto que este año la merma de la cosecha ha sido muy importante, quizá mucho más que en airén, pero es una variedad que está muy bien adaptada, de la que conseguimos vinos de muchísima calidad y, sobre todo, vinos con mucha fruta para nuestros vinos jóvenes, que son  mayoritarios en la DO.  

¿De esas otras variedades, hay alguna que se vaya abriendo paso de una forma más significativa?

El resto de variedades, que no son autóctonas, van manteniendo su  mercado. Se han adaptado muy bien todas, como chardonnay, sauvignon o verdejo, pero con esta sequía quizá hayan sufrido incluso más, con mermas de entre un 45 y un 50%. Evidentemente, necesitamos esas variedades para hacer los coupage, para la exportación, pero quizá en el presente y futuro se mire más a las variedades autóctonas si el cambio climático sigue adelante. 

¿Qué porcentaje tiene actualmente la DO La Mancha de viñedos en espaldera con respecto a la tradicional de recogida en vaso?  

A nivel general en La Mancha estamos en torno a un 55/60%. La espaldera ha crecido mucho, primero por falta de mano de obra y segundo por el problema que hemos tenido estos  últimos años con los conejos, que devoraban las viñas. Eso ha hecho que no solamente  se reestructuren los cultivos hacia la espaldera, sino que se transforme mucha viña baja en espaldera. Es una de las cosas que también es buena para la zona, porque la variedad, al estar elevada, es más fácil de recoger en el momento  óptimo. Evitamos también, cuando hay lluvias, el hongo de la botrytis, la uva está más aireada y, por lo tanto, en calidad se mejora mucho.

¿Esto significa que en breve la vendimia manual será residual?

Así es. Llevamos un par de años que ya están introduciéndose empresas de servicios para hacer estos trabajos. Tenemos principalmente la viña baja en manos de gente con una edad alta que no ha reestructurado. Están poniéndose en manos de empresas de servicio y evidentemente es un coste que es inasumible por muchos viñedos de producción media-baja. Por lo tanto, yo creo que la vendimia tradicional está condenada en los próximos años a ir desapareciendo.

Los costes son muy altos y evidentemente si tienes un viñedo es para tener una productividad, no para aportar dinero. Por lo tanto, creo que todo lo que no se ponga en la espaldera en los próximos años va a ser muy complicado. Eso no quiere decir que no vayamos a tener viñas en vaso. Las tendremos porque también son necesarias para ciertos vinos, pero mayoritariamente la gente va a buscar la rentabilidad, y la rentabilidad está en las espalderas. Cuesta mucho conseguir  mano de obra y es mucho más costoso que una viña mecanizada.  

¿Cómo están funcionando los vinos de baja graduación?

Son tendencias de muchas bodegas dentro de la DO, que están buscando vinos parcialmente fermentados, vinos también desalcoholizados o parcialmente desalcoholizados. Las tenemos en nuestro abanico porque La Mancha es muy amplia y necesitamos abordar todos los mercados. Evidentemente, es una de las tendencias que se está implantando.  De cara a la Unión Europea, cada día lo tenemos más complicado con el tema del alcohol y las bodegas se van diversificando y van teniendo muy presente que los vinos desalcoholizados parcialmente o vinos de más baja graduación con más fáciles de beber y que tienen su público.

¿Han conquistado ya al público más joven?

Creo que hemos sido capaces de poner de moda el vino en ellos. Con las nuevas variedades tenemos un abanico más amplio, para consumidores habituales y para nuevos consumidores. Tenemos varietales que son muy afrutados y rosados fresquitos que son fáciles de beber, y ahí entra el público joven. Por lo tanto, yo creo que el abrir este abanico de variedades nos ha permitido poder llegar también al público joven, que es costoso porque hay otros productos, pero que llegan más fácilmente a ellos.

También es cierto que la gente joven se va iniciando cada día más temprano en estas variedades afrutadas que tenemos. Las bodegas, la propia DO y las colaboraciones que tenemos con la Universidad y con la hostelería, tanto en Castilla-Mancha como en Madrid, con todas las catas que estamos haciendo a nivel nacional, están calando hondo entre los jóvenes porque principalmente  lo que hacemos son vinos jóvenes. Otras denominaciones puede que lo tengan más complicado porque están más en vinos con más estructura, con más madera, pero nosotros, al tener una denominación con el 90% de vino joven, llegamos más fácil a ese público joven.

¿Venden más vino en el mercado nacional o en el extranjero?

Se está vendiendo a nivel nacional mayoritariamente. Es un mercado muy importante para nosotros, con el canal de la alimentación como la salida más rápida, aunque es cierto que el valor añadido lo tenemos en la exportación. Cuesta mucho mantener comerciales y, aunque hay bodegas muy importantes que están abordando bien terceros países, el núcleo duro sigue todavía trabajando a nivel nacional. Las bodegas grandes y medianas ya tienen sus propias estructuras  comerciales y eso les permite también poder exportar parte de su embotellado. 

¿Cómo están funcionando los nuevos formatos de envases?

Cada cosa tiene su mercado. Evidentemente, el mercado en lata todavía va muy despacio. Lo hemos aprobado porque esos envases son necesarios para ciertos eventos donde no se puede introducir el vidrio. Y, bueno, evidentemente, funcionan.  Principalmente el vino sale en botella o en 'bag in box' (caja con dispensador en grifo), dependiendo de a qué zonas vaya, pero el pet y la lata también están autorizadas y tienen su público.

¿Qué proyectos tiene la DO en el horizonte?

Principalmente nos dedicamos a promocionar nuestro vino a nivel regional y nacional, ahora mucho más de que en los últimos años, en los que nos dedicábamos más a la exportación. Ahora estamos un poco más equilibrados, haciendo mucha labor a nivel nacional, porque creemos que necesitamos que en España haya cultura de consumo de vino y, sobre todo, en nuestra zona, con menos cultura que en la zona norte. Tenemos que ser más incisos, hacer catas comentadas con bodegas, con municipios y llevar un poquito el vino a sus gentes, para intentar de alguna manera que nos creamos todos que tenemos buenos vinos y que tenemos que ser nosotros sus primeros embajadores. 

Castilla-La Mancha sigue siendo una gran productora de vino, pero no una gran consumidora...

Por eso hay que empezar por vender el vino en casa, a nuestro vecino. Hicimos esfuerzos muy grandes en el exterior y te das cuenta de que hay que convencer primero a los tuyos propios, para que ellos sean embajadores. Cuando nos creamos que lo nuestro es lo mejor, porque  es así, pues va a ser mucho más fácil convencer al resto del mundo. Esto es una  labor ardua y que lleva tiempo, pero estamos dando grandes pasos.