Casi 4.000 castellanomanchegos son los que el año pasado ajustaron cuentas con Hacienda porque su patrimonio excedía los 700.000 euros. Son los más ricos de la región y son más que un año antes. Según los últimos datos de recaudación tributaria, en la comunidad autónoma hubo 79 nuevos 'ricos' que presentaron la declaración del Impuesto sobre el Patrimonio y que pagaron, entre todos, poco más de 16,1 millones de euros.
Puesto en el punto de mira por distintas administraciones autonómicas, en cuya gestión recae este tributo, el impuesto de Patrimonio supone una parte minúscula del esfuerzo fiscal anual. Esos 16 millones que pagan los más ricos en la región en todo el año es el dinero que meten en la hucha de Hacienda los ciudadrealeños en un solo mes, en junio de este año, a cuenta del IRPF.
¿Y qué tienen los más ricos de la región? Declaran inmuebles, vehículos, joyas, acciones y piezas de arte. En total, 9.300 millones de euros, y sobre todo, capital mobiliario. Esto es, depósitos, cuentas bancarias, deuda pública o acciones. Solo en estas últimas hay 1.000 millones. En toda la región hay 6.500 millones de euros guardados en ese tipo de bienes que se encargan de producir más dinero y sobre el que aporta información la Agencia Tributaria en cuanto a la distribución del patrimonio personal de los más ricos de la comunidad.
Y en relación con ese patrimonio y su composición también destacan los bienes inmuebles. Otros 2.200 millones de euros, a los que se suman más de 160 millones de euros en seguros o el saldo que los ricos castellanomanchegos tienen en monedas virtuales: 22,5 millones de euros en criptomonedas.
Además, la radiografía que realiza la Agencia Tributaria a los bolsillos de estos ricos anota la existencia de los llamados bienes suntuarios: joyas, pieles, automóviles, vehículos de dos o tres ruedas, cuya cilindrada sea igual o superior a 125 centímetros cúbicos, embarcaciones de recreo o de deportes náuticos, aviones, avionetas, veleros y demás aeronaves. En total, casi ocho millones de euros declarados. Es el dinero que la Junta ha invertido en el Plan de Seguridad Vial de la región.