La calle General Rey fue conocida en un principio con el nombre de calle de los Ballesteros. Este nombre le venía porque en esta pequeña y empinada calle debió estar ubicada la casa-cuartel de los ballesteros de la Santa Hermandad, o bien por estar en sus proximidades algún solar donde los propios ballesteros realizaban sus prácticas.
El nombre de Ballesteros lo perdió a raíz de la reunión de la Corporación Municipal de fecha 13 de febrero de 1913, donde se acordó rotular esta calle, que se iniciaba en la plazuela de la iglesia de San Pedro y terminaba en su confluencia con la calle Mata, con el nombre de General Rey.
Llama la atención que a pesar de ser una calle muy transitada y que lleva rotulada con el nombre de General Rey durante más de un siglo, el personaje histórico que da nombre a esta céntrica vía sea bastante desconocido para la mayoría de la ciudadanía.
La calle del general desconocido - Foto: Rueda VillaverdeAntonio del Rey Caballero fue un militar y político que nació en Valladolid el 10 de junio de 1814 y falleció en Madrid el 6 de agosto de 1886. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares, aunque pronto abandonó estos estudios para ingresar en el ejército como alférez de milicias. En su trayectoria como militar quedó demostrada desde un principio su bravura y pericia militar, ganando sobre el campo de batalla los grados de primer comandante y teniente coronel. Se encargó del mando del batallón de Cazadores de Figueras y participó en la primera y segunda guerra Carlista. Estuvo al lado de Narváez (1843) en su enfrentamiento contra Espartero, tomó parte activa en la revolución de septiembre de 1868 que costó el trono a Isabel II, fue comandante general de Ceuta, Capitán General de Granada y Capitán General de Castilla-La Mancha.
En el aspecto político y siendo general, se afilió a la Unión Liberal. Ostentó, entre otros cargos, el de presidente del Consejo de Guerra y Marina, ministro de la Guerra, diputado a Cortes por Granada y senador en siete legislaturas consecutivas por Ciudad Real, entre los años 1871 y 1886. En 1881 fue nombrado senador vitalicio. En virtud de sus méritos como militar y en señal de homenaje de cariño y respeto a su autoridad, fue nombrado Hijo Predilecto de Granada.
Su vinculación con Ciudad Real radica en que su padre, Hilario del Rey, residía en Ciudad Real porque era el representante de la Sociedad Arrendataria de la Sal y Tabacos. El general Rey estrechó aún más sus lazos con Ciudad Real al contraer matrimonio con la distinguida ciudadrealeña Ramona Medrano, perteneciente a una de las familias de más abolengo de la ciudad.
El General Rey, de carácter netamente castellano, se integró totalmente en la sociedad ciudadrealeña. Dejó afectos imborrables en todos los que tuvieron la satisfacción de tratarle. De él se decía que tenía un gran corazón y era exquisito en el trato de gentes, independientemente de la condición social que tuvieran. Llegó a ser una verdadera institución en Ciudad Real. Conocía a los humildes y a los pertenecientes a clases sociales elevadas por sus nombres y apellidos.
El general Rey murió el 7 de agosto de 1886 en Madrid a consecuencia de una apoplejía, celebrándose el funeral en la Sacramental de San Lorenzo. A su entierro asistió una gran representación de la clase política de las más opuestas filiaciones, así como militares y representantes de la sociedad civil.