Un temblor de tierra que estremece

Raquel Santamarta
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A ras de suelo, parece que el terremoto con epicentro en la vecina localidad albaceteña de Ossa de Montiel no se sintió tanto. Pero muchos de los que estaban en ese momento (17.16 horas) por las alturas aún están temblando. Es el caso de de Miguel Ángel González, que en su despacho de la octava planta del edificio Nuevos Ministerios, vio como las hojas de la planta comenzaron a agitarse. «Casi vuela», explicaba a La Tribuna aún perplejo.

Un piso más abajo, en la séptima, Pilar Cofrade conversaba con dos compañeras. Estaba limpiando los aseos, cuando empezó a marearse. «Fue decirme un funcionario que se estaba moviendo el edificio y agarrarme a la puerta, aseguraba. «Yo había escuchado caer una papelera, pero no pensaba en un terremoto», añadía incidiendo en que «pensaba que estaban de broma». Sin embargo, otra de las limpiadora confesaba no haberse enterado del temblor en la galería.

Lo mismo que un vecino que en ese momento estaba en casa de un amigo (un bajo). «Debo ser el único que no se ha enterado», aseguraba equivocado. Un operario de telefonía que trabajaba en el entorno de la céntrica plaza del Pilar explicaba que no había sentido «nada de nada», a pesar del desconcierto de algunos peatones. Y otro que cerca, en una terraza, estaba con un compañero, tampoco. «A él se le ha movido la silla, pero a mí la verdad es que no», señalaba Bibi Barahona restándole importancia.

más sorpresa que miedo. Con cara de sorpresa, María Eugenia Ruiz indicaba que «estaba sentada en la mesa merendando y se ha movido». «De intensidad (5,2 grados en la escala de Richter) ha sido más o menos como el de 2007 de Pedro Muñoz (5,1)», señalaba bastante tranquila. «Lo he notado, más la segunda sacudida, pero tampoco he sentido miedo al percibir el temblor», explicaba otro vecino de la capital consciente de que «flojo no ha sido».

No obstante, al no conllevar daños materiales ni personales, el pánico no cundió entre unos ciudadanos que, a lo sumo, fueron desalojados de sus centros de trabajo por precaución. De este modo, la actividad prácticamente no se vio alterada por un movimiento de tierra muy profundo.