Los pacientes tratados con Sintrom han aumentado más de un 40 por ciento en los últimos cinco años, según los datos facilitados a este periódico por la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales. Cerca de 45.000 castellano-manchegos, de los que 12.000 pertenecen a las áreas sanitarias de la provincia de Ciudad Real, toman el anticoagulante oral acenocumarol, que se ha demostrado eficaz durante décadas en la prevención de embolias y accidentes cerebrovasculares.

En 2009 eran cerca de 8.500 (hasta 35.000 en el conjunto de la región) y, según precisa el jefe de Cardiología del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR), Luis Ruiz-Valdepeñas, en una gran mayoría se trata de pacientes con fibrilación auricular, la arritmia sostenida más frecuente. «Entre siete y ocho de cada diez están anticoagulados», explica el experto. Y es que este importante problema de salud  (un 4% de los mayores de 40 años padecen fibrilación auricular y la décima parte lo desconoce) multiplica por cinco la probabilidad de ser víctima de un ictus cardioembólico al disparar el riesgo de formación de trombos en el corazón.

Además, según datos del área de Farmacia Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), el año pasado se prescribieron  320.000 frente a los poco más de 316.000 envases de 2012. Asimismo, la media en cuanto al número de controles que el facultativo realiza es de 16 dosificaciones por paciente y año.

En medio de la aparición de nuevos fármacos, cuya principal ventaja reside en seguimientos más espaciados en el tiempo para ajustar las dosis, el Sescam sigue apostando por el Sintrom por su coste-efectividad. «Con las dificultades económicas actuales, no hay razón para cambiar», argumente Ruiz-Valdepeñas. Con el principio activo acenocumarol los enfermos deben controlar cada mes sus niveles de coagulación en sangre. «Los menos estabilizados cada semana», apunta el responsable del servicio de Cardiología del hospital.