Los forenses concluyen que Justo Navarro sufrió una muerte súbita

Pilar Muñoz
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Los niveles de ansiolíticos y analgésicos detectados en sangre «son compatibles» con el tratamiento terapéutico, según el informe de autopsia y el estudio del Instituto de Toxicología

Lugar donde se halló el cadaver. - Foto: Pablo Lorente.

Justo Navarro murió entre la 1.00 y las 2.00 de la madrugada del pasado 18 de junio. Su cadáver fue hallado en un parterre frente a la plaza de toros de Ciudad Real, donde supuestamente fue abandonado por dos personas que intentaron deshacerse del cuerpo arrojándolo en un contenedor, pero al ser sorprendidos por un vecino, lo abandonaron en los jardines. El cadáver estaba semidesnudo.

Tras las primeras investigaciones se sospechó de una posible intoxicación con sustancias, presumiblemente mediante el empleo de psicofármacos, por lo que se enviaron muestras al Instituto Nacional de Toxicología para su estudio.

Dos meses después, con el examen de autopsia, la historia clínica del muerto y los resultados toxicológicos sobre la mesa, las forenses concluyen que Justo Navarro sufrió «una muerte súbita funcional con estado patológico preexistente o un shock cardiogénico (arritmia, bloqueo). Aunque en el dictamen remitido por Toxicología se indique que en las muestras estudiadas «no se ha observado patología estructural con la suficiente intensidad para explicar una muerte súbita».

Ante las sospechas de una posible intoxicación mediante psicofármacos, en el informe que firman dos forenses se indica que tras la realización del estudio de Toxicología se considera relevante a efectos médico legal la detección en las muestras remitidas de sangre, orina, humor vítreo y contenido gástrico las siguientes sustancias: 0,35 gramos de alcohol por litro de sangre y 0,54 en humor vítreo; 0,2 miligramos de Diazepam; Nordiazepam, 0,3 mg/l en sangre y Metamizol, 10 mg /l.

Según recoge el informe de las forenses, los niveles de Diazepam y Nordiazpeina (ansiolíticos) y Metamizol (analgésico) detectados en sangre son compatibles con el tratamiento terapéutico.

En la historia clínica se recoge todas las enfermedades de Justo Navarro, que tenía pautado el citado analgésico, tranxilium y omeprazol, pero no consta la prescripción médica de Diazepam.

En el informe forense se indica que durante la autopsia y en los estudios histopatológicos realizados no se han identificado alteraciones estructurales con la suficiente intensidad para explicar una muerte súbita, pero sí permiten afirmar que el sujeto presentaba múltiples patologías crónicas conocidas. A nivel hepático presentaba una hepatopatía crónica en evolución cirrótica; a nivel renal el estudio histopatológico ha puesto de manifiesto la presencia de una nefroangioesclerosis, patología estructural relacionada con la hipertensión arterial; en el pulmón presentaba un enfisema, y a nivel cardiaco focos de miocarditis en pared libre de ventrículo izquierdo. En 1994 fue operado de un carcinoma de laringe y en octubre del año pasado precisó tratamiento de quimioterapia y radioterapia. También hace diez años sufrió un síncope, una parada cardiorrespiratoria por la que estuvo ingresado.

Tras el hallazgo del cadáver de Justo fueron encarcelados Olga C, de 46 años, y su hijo Sergio de 19. Ambos acaban salir de la cárcel tras pasar 66 días encarcelados.

Su abogado José Ángel Rodríguez Herrera está haciendo una gran labor de defensa, pero aún quedan asuntos por aclarar y prefiere no hacer declaraciones.