Félix Torán es el autor de Ecología Mental Para Dummies, además de experto en crecimiento personal y doctor en Ingeniería Electrónica, lleva más de 13 años ejerciendo distintos cargos dentro del campo de la ingeniería aerospacial. Ha escrito un total de 9 libros todos ellos sobre el crecimiento personal. Félix es Padrino en España de la AXE Apollo Space Academy (AASA), cuyo objetivo es llevar al espacio en 2014 al primer turista espacial español.
Dada la situación de crisis que vivimos, ¿cómo podemos combatir la mente tóxica y aplicar una higiene mental?
La ecología mental ofrece una actitud clave para lograrlo. Comienza por un proceso de higiene mental, que conlleva un trabajo interior (a nivel personal). Tratamos nuestra mente como si fuera un jardín. Nos interesa arrancar las malas hierbas de raíz y, en su lugar, plantar bellas flores. Además, debemos proteger nuestro jardín contra la aparición de nuevas malas hierbas. En la higiene mental, las malas hierbas son nuestros pensamientos, emociones y hábitos tóxicos, que nos mueven a actuar de forma tóxica (es decir, causando sufrimiento a otras personas y también a nosotros mismos).
Respecto a la crisis, recordamos que (etimológicamente) significa cambio. Como decía Albert Einstein, es en los momentos de crisis en los que la humanidad realiza sus mayores progresos, y ofrece el máximo de su potencial y creatividad.

Comenta en el libro que existe gente muy quejica, ¿hasta qué punto la negatividad de la gente dentro del mundo laboral puede afectar a los objetivos de una empresa?
No afecta a los objetivos, pero sí a la capacidad de alcanzarlos. La queja es muy tóxica, y no solo afecta al individuo, sino también a quienes le rodean. No olvidemos que una empresa la componen personas relacionadas entre sí de mil maneras. Forman una especie de ecosistema sociocultural, ya sea a pequeña, mediana o gran escala.
Quejarse significa concentrarse en lo que no queremos lograr, en lugar de nuestros verdaderos objetivos. Al quejarnos programamos nuestro subconsciente para que nos ayude a no alcanzar nuestras metas. Y creamos un clima de quejas que contamina a quienes nos rodean, y hace que el efecto se sume. El resultado es que el conjunto frena su avance hacia los objetivos de la empresa.
¿Cuándo es tu momento ideal del día para practicar el mindfulness?
Suelo practicar unos veinte minutos antes de desayunar, y otros veinte minutos alrededor de una hora y media antes de acostarme. Si es necesario, incluso madrugo un poco más para no perder la práctica. Madrugar media hora antes para meditar puede parecer una pérdida de energía, pero cuando avanzamos con la práctica, nos damos cuenta de que es justo lo contrario: se gana energía (o mejor dicho, se malgasta mucho menos durante el día). Otro momento en el que suelo practicar es durante los viajes, especialmente en avión. Lo bueno del mindfulness es que se puede llevar a la vida cotidiana: al comer, al practicar deporte, al tomar una ducha, etc.
¿Cómo consigue alegrarse por el éxito de una persona que suele atacarle?
A través de una cualidad denominada alegría empática. Se trata del buen hábito de alegrarse por los éxitos ajenos, sin importar cómo se comporte la otra persona. Para lograr esa mayor conexión, es necesario practicar, y no es cuestión de lanzarse al ruedo de inmediato. Primero debemos trabajar en nuestra mente. En el libro presento algunos ejercicios de meditación para, poco a poco, ir venciendo ese enemigo interior (el ego) que nos hace tan difícil alegrarnos por el éxito de alguien que nos ataca (o creemos que lo hace). Y luego ya podemos salir al ruedo…
Explica la importancia de que cada uno tengamos claro cuál es nuestra misión y visión, ¿se debe aplicar de la misma forma al mundo empresarial?
Sin duda. En las empresas es necesario un buen liderazgo, que yo llamo liderazgo consciente. Para lograrlo, un buen líder necesita una misión y una visión. Es esencial. Cuando una empresa tiene una misión y visión definidas, y sus líderes trabajan en auténtica sintonía con ellas, transmiten motivación y orientación al equipo, que gana también en confianza (en los líderes, entre ellos y en sí mismos). La empresa toma un rumbo y un sentido.