Carlos Alaejos se ha ido hasta Dinamarca para hacerse empresario. Albaceteño, con apenas 30 años, se ha decidido a lanzar una red social audiovisual que democratice nuestra sociedad. Ahí es nada. Pero anda empeñado en ello. De momento, su idea empresarial ha sido elegida en Dinamarca entre 16 nuevas empresas para representar al país en un certamen internacional de innovación que estos días tiene lugar en Israel.
Estudio Administración y Dirección de Empresas en Albacete, aunque terminó de formarse en Islandia con una beca Erasmus. Su vocación internacional es clara, «salir de tu zona de confort no es fácil, pero una vez que lo haces se te pueden abrir muchas posibilidades», opina. Así, pese a su juventud recorrió varios países europeos buscándose la vida, de Finlandia a Eslovaquia y de ahí a Dinamarca, hasta que decidió cambiar de continente. China y Tailandia fueron sus siguientes destinos laborales.
Lo mismo ha trabajado de friegaplatos, que repartiendo pizzas o de proyect manager en una multinacional en Islandia para después irse con una oenegé a Pekín. Estando en el continente asiático soñó con «hacer este mundo un sitio más democrático y libre» y esbozó lo que ahora es Discue, una red social audiovisual de la que anda preparando su «lanzamiento internacional».
«Maduré la idea lo suficiente como para tener claro que tenía que dejar mi carrera profesional y crear mi propia empresa», dice este joven albaceteño, que opina que en España hay «demasiado miedo al fracaso y al qué dirán».
¿Por qué dinamarca? Y eligió Dinamarca para iniciar su aventura empresarial «por las grandes ayudas que el dinamismo del mundo de los emprendedores ofrece aquí».
Aquí había mejor ambiente que en España para emprender», describe al otro lado del teléfono, «no hay tanto pesimismo, encuentras inversores alegres, proveedores que paguen y clientes con ganas de comprar». Explica Alaejos que en Dinamarca puedes registrar una empresa sin disponer de capital, «pero es que además teniendo una buena idea puedes ser acogido fácilmente por una de las muchas incubadoras de empresas de la capital».
«Existe una diferencia abismal entre emprender en España y hacerlo en Dinamarca», asegura este joven albaceteño, que opina que cualquier gobierno en nuestro país debería apostar decididamente por la creación de nuevas empresas «no hay manera mejor de crear riqueza y puestos de trabajo que creando empresas escalables, -declara-, y, por desgracia, la innovación y el emprendimiento es muy pobre y carece de apoyos públicos y privados». Cuenta que en enero llegó a Dinamarca y empezó a caminar creando una sociedad unipersonal y reclutando «empleados en prácticas que tuvieran interés en el proyecto». Formalizó acuerdos con universidades españolas, como la Universidad Politécnica de Valencia o la de Santander, de tal forma que a través del proyecto Leonardo los becarios recibían una pequeña cuantía, de 600 euros.
Veinte personas. Hoy son ya un equipo de 20 personas, procedentes de tres continentes distintos (Europa, África y América), que trabajan en dos oficinas que les han cedido gratuitamente Microsoft y la Copenhague Business School.
«Somos como una empresa de voluntarios, porque aquí de momento no se gana dinero», explica Alaejos, al tiempo que resalta el compromiso de todo el equipo de Discue, donde trabajan profesionales del diseño, la programación y el marketing, «porque creemos en la idea». Al frente, en el equipo de dirección están dos españoles, el propio Carlos y Josef Renard, un valenciano, y Cristiana Balacciu. «No me ha resultado muy difícil, aunque admito que ha habido momentos complicados», declara Alaejos, pues dice que innovar en el sector de las redes sociales no es nada fácil.
Describe que Discue es una red social audiovisual que «quiere dar el mando y el control a la gente para que puedan decidir a través de quién quieren informarse». Su eslogan es your chance to be heard, algo así como tu oportunidad para ser escuchado, oído. Explica que a través de esta plataforma, ahora en pruebas pero que estará disponible en menos de un mes, la audiencia podrá votar y así poder moderar las discusiones audiovisuales en directo, «tomar la palabra será libre y participar no tiene coste». Discue aspira a convertirse en una especie de asamblea virtual que reunirá a la gente en torno a temas de interés común. Cualquiera podrá opinar, exponer lo que piensa en torno a un tema, y al mismo tiempo saber qué piensan los demás sobre su opinión. Cada participante tendrá un estatus que se decide según los votos de los demás, en el momento que más del 50% de la audiencia está en desacuerdo contigo quedas fuera del foro de debate, aunque eso sí se te conceden 10 segundos de gracia para despedirte. De inmediato, el siguiente en la cola para entrar en ese foro de debate entrará a exponer su opinión.
La audiencia decide. «Este sistema tiene la ventaja de que el moderador del debate siempre es la audiencia, de tal forma que se consigue mantener un nivel de calidad en la discusión», defiende Alaejos, que cree que esta plataforma puede tener un sinfín de aplicaciones. Ahora se está probando con debates en los que intervienen unas 50 personas, pero el reto es que la plataforma no tenga límites en cuando a número de usuarios.
Se podrá usar, opina, para debatir sobre cuestiones políticas, una especie de asamblea o ‘15-M virtual’, pero también para que en el seno de las empresas los empleados puedan intercambiar opiniones acerca de asuntos de interés de sus centros de trabajo. O incluso en ámbitos educativos, pues los alumnos podrán iniciar debates y discusiones en torno a los temas que les haya planteado el profesor en clase.
También cita el ámbito de las oenegés, «en lugar de difundir un mensaje concreto, las organizaciones no gubernamentales pueden hacer discutir a la gente sobre un problema concreto, pues de esta forma es más fácil crear conciencia que con simples campañas de publicidad». «Queremos liberar la expresión y hacer realidad el derecho a la información», declara este joven empresario que cree que Discue «traerá muchos cambios y un mundo más justo».
Lanzamiento en España. En unas tres semanas, Discue quiere estar en el mercado. Para ello se han buscado un total de 150 embajadores asociados que promocionarán a esta plataforma en varios países del mundo. Estos embajadores son creadores de opinión, «gente que en Twiter tiene 150.000 seguidores».
En España también se lanzará esta plataforma de debates digitales, contando con el apoyo de la Organización Nacional de Ciegos (Once), la Plataforma Española por el Voluntariado, la Plataforma del Tercer Sector, además de deportistas y gente implicada en el movimiento 15-M.