Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor

D.A.F.
-

La procesión de la madrugada del Miércoles Santo concentra el interés de los fieles en sus primeros tramos

Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor - Foto: Tomás Fernández de Moya

La acumulación de gente, expectación y fervor en el atrio de la iglesia de San Pedro iba aumentando a medida que se acercaba la medianoche, atentos a la inminente salida de la Virgen del Mayor Dolor. Un minuto antes de que empezara el Miércoles Santo, se abrió la portilla para que saliera un hermano del Silencio, hábito negro ceñido con un cordón, capillo blanco para cubrir el rostro; alzó un cornetín hasta sus labios velados para puntear la noche con un imponente y largo toque de Silencio. La puerta del Sol del templo se abrió en toda su amplitud para dar paso a la Cruz de Guía y los primeros estandartes de los Siete Dolores de la Virgen. 

Sin prisa pero sin pausa, con tan solo algunos gestos para mantener la fila sin apreturas y si distancias excesivas, las mujeres de la Hermandad, vestidas de negro, salieron a la calle siguiendo el ritmo de una única caja; concentradas en su meditación, pendientes del momento en el que fueran recibiendo las correspondientes indicaciones para detenerse y escuchar las meditaciones de cada momento.

Por fin llegó el momento de que la imagen de Rausell y Llorens traspasara el arco ojival de San Pedro, la imagen, recientemente con su nuevo-viejo colorido, salió portada a un hombro por 35 portadores, ataviados con el hábito franciscano característicos del Silencio y el capillo blanco que corresponde a la salida del Miércoles Santo, mañana será negro.

Más fotos:

Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor
Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor - Foto: Tomás Fernández de Moya
Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor
Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor - Foto: Tomás Fernández de Moya
Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor
Las damas del Silencio meditan con su Virgen del Mayor Dolor - Foto: Tomás Fernández de Moya

La maniobra se ejecutó con cuidado y limpieza, apenas un leve descenso para evitar que la imagen rozara siquiera la moldura superior del arco. Tras un breve momento de detención, el paso inició sus descenso por la rampa hacia la calle General Rey, después La Mata y allá adelante todo el barrio del Perchel. Poco a poco la expectación concentrada en las plazas de la Inmaculada o de Santiago se fue disipando, pero las damas del Silencio siguieron adelante, meditando con sobriedad, cada vez más solas consigo mismas, por delante de su Virgen