Desde las orillas del Amazonas, donde las comunidades navegan entre la esperanza y el olvido, el sacerdote ciudadrealeño Ángel Almansa, misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), comparte con La Tribuna su testimonio sobre la elección del nuevo papa León XIV. Con casi cuatro décadas de servicio en Zambia, Nicaragua y ahora en Perú, Almansa refleja cómo este nombramiento ha reavivado la fe en las periferias del mundo y refuerza su compromiso diario con las comunidades más olvidadas de la selva.
¿Cómo se ha recibido este nombramiento allí en Perú? Perú es una gran nación que no está pasando por sus mejores momentos. El Congreso y el Gobierno están muy próximos al narcotráfico y a la minería ilegal; la corrupción y la inseguridad ciudadana van minando las esperanzas de este pueblo, en el que el 51% de su población sufre de inseguridad alimentaria grave o moderada y el 30% está por debajo del umbral de la pobreza. Disfruta de una economía estable, que crece a buen ritmo, a pesar de que el 74% de los trabajadores están dentro de una economía informal (empresas que no están dadas de alta, trabajadores sin contratos ni derechos, sin pago de impuestos…).
Después de esta breve descripción de la situación del país, me viene a la cabeza una cita del profeta Isaías: «El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz» (Is 9,1). La noticia del nombramiento del nuevo Papa ha llenado de orgullo y alegría a la población más sencilla de la nación. Mons. Robert Prevost, el actual Papa León XIV, es recordado por los puestos de misión por los que ha pasado como un misionero cercano, sencillo, preocupado por sus problemas y necesidades. Son muchas las declaraciones espontáneas que están surgiendo en distintos medios de comunicación hablando de su preocupación por los problemas reales de la gente. Muchos recuerdan que durante la pandemia él puso en marcha una planta de oxígeno para el servicio de todos y durante las inundaciones de Lambayeque, a punto de partir a Roma para asumir el nuevo destino que el Papa Francisco le había asignado, se calzó las botas de goma y se marchó a visitar a los damnificados. Su nombramiento ha sido una verdadera buena noticia para todo el pueblo peruano y se festeja por todas partes. Muchos nos muestran fotos con él llenos de orgullo.
Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT También en esa doble condición de nacionalidad peruana y de misionero. ¿Cómo lo está viviendo su comunidad? ¿Qué de importante es que un papa tenga esa trascendencia misionera para misioneros como ustedes, que tienen una larga trayectoria? El pontificado del Papa Francisco se ha caracterizado por su preferencia especial por las periferias del mundo y de la Iglesia, y de un modo particular por la Amazonía. El Sínodo del 2019 abrió para esta región una nueva etapa en su historia. De su documento final y de la Carta Apostólica «Querida Amazonía» están surgiendo numerosas iniciativas para proteger todo el bioma: su biodiversidad, sus culturas, sus pueblos… esenciales para la salud de todo el planeta. Los misioneros hemos estado en la vanguardia de ese trabajo para hacer realidad los cuatro sueños que Francisco nos dejó en esa carta: el social, el cultural, el ecológico y el eclesial. Su muerte generó en todos nosotros dolor e incertidumbre. Sin embargo, el nombramiento de un Papa misionero, con los pies puestos en la realidad de la pobreza, cuyo primer pensamiento a la hora de ser presentado al mundo, como el nuevo pontífice, es su diócesis de Chiclayo, en Perú, nos recarga de energía. Su saludo de paz al mundo también nos llena a nosotros de ese preciado don del Espíritu, no para quedarnos tranquilos, sino para continuar trabajando con más fuerza sabiendo que el Papa es fruto de esta Iglesia que peregrina con los últimos de la tierra.
¿Cree que incidirá en este aspecto su pontificado? ¿Cuáles cree que serán sus principales líneas de actuación? El Papa León XIV es fruto de la inmigración. Sus abuelos, franceses y españoles, tuvieron que emigrar a Estados Unidos; su vocación a la vida religiosa y misionera, como agustino, ha marcado su formación y sus opciones en la vida; sus 38 años de servicio en el Perú le han dado a conocer las fatigas y sufrimientos de los más empobrecidos. Su experiencia como formador de religiosos agustinos y su labor al frente de esta congregación le han dotado de habilidades especiales para el discernimiento. Todo ello genera una manera muy particular de mirar a la realidad y de tomar decisiones.
Es difícil afirmar cuáles serán sus principales líneas de actuación. Sin embargo, sí podemos decir que sus intenciones son claras y así las manifestó al elegir su nuevo nombre. León XIII fue el Papa que vivió la revolución industrial, lo que supuso numerosos cambios sociales y culturales a principios del siglo XX; trabajó, a lo largo de sus 25 años de pontificado, por acercar la Iglesia a las realidades del mundo moderno. Su encíclica «Rerum novarum» logró poner en primer plano la doctrina social de la Iglesia. Su defensa por los derechos de los obreros y la denuncia de las situaciones de explotación y semi-esclavitud de muchos de ellos causó un gran impacto a nivel mundial. Fue un Papa preocupado por la formación y por hacer de la diplomacia vaticana un verdadero servicio al mundo. Y, finalmente, fue un Pontífice que impulsó el espíritu ecuménico y misionero. Recuperar el nombre de León para el Obispo de Roma no deja de tener muchas de esas resonancias que, de un modo u otro, ya están presentes en la biografía de León XIV.
Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Además, el nombre de León hace referencia al compañero preferido de San Francisco de Asís, hombre lleno de prudencia y sabiduría. Muchos ya han entendido que la elección de este nombre viene a marcar su decisión de continuar el trabajo del Papa Francisco.
¿Desde cuándo se encuentra en misión y cómo se despertó en usted esa vocación? Hace tan solo una semana, los compañeros de Latinoamérica del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), que es una asociación de sacerdotes diocesanos para la misión, tuvimos una asamblea continental en Lima y la clausuramos con una peregrinación a la tumba de nuestro paisano Vicente Hondarza, natural de Fernancaballero, brutalmente torturado y asesinado por la policía de Chancay en 1983. En su última visita a nuestro seminario de Ciudad Real, un par de años antes de su muerte, Vicente dejó sembrada en muchos de nosotros una inquietud que habría de convertirse en el faro que orientaría nuestro sacerdocio. Esa inquietud por estar cerca de los últimos me llevó siete años a la sabana de Zambia, con los pueblos bemba, lamba y kaonde, y más tarde dos años en Nicaragua, como profesor y formador en el Seminario Interdiocesano de Managua y haciendo giras por comunidades campesinas. De allí, me uní al proyecto que el IEME estaba preparando para la Amazonía y en el que ya llevo dos años.
¿Cómo es la comunidad que atiende actualmente y cuáles son sus principales necesidades? Me encuentro en el Vicariato de San José del Amazonas, encargado del puesto de misión de Aucayo, a unas dos horas en bote, Amazonas arriba, de la ciudad de Iquitos, en plena selva. Desde este centro poblado, atiendo a 30 comunidades repartidas entre las tres islas que el río forma frente a nosotros, y otras que se encuentran en el mismo margen fluvial de Aucayo. Son comunidades mestizas y ribereñas, sin servicio de electricidad ni agua potable, a las que solo se puede acceder por vía fluvial y en las que las comunicaciones por teléfono o por internet o son inexistentes o muy deficitarias. Su principal fuente de sustento es la agricultura. La pesca es una actividad de temporada, salvo para los que en su territorio disponen de «cochas», lagos naturales donde los peces se reproducen antes de que las inundaciones que produce el río, en la época de lluvias, les permita salir a río abierto. Son personas sencillas, alegres, amantes del fútbol, que luchan cada día por sobrevivir; olvidadas totalmente por el gobierno nacional y regional. Los pocos servicios públicos que llegan hasta ellos son tan deficitarios que a veces no sabemos si ayudan o agravan los problemas que tienen.
Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT ¿Cómo organiza su semana en la misión? La semana se me pasa rápida. Los viernes y sábados por la mañana me dedico a dar clases de Sagrada Escritura en el Seminario Intervicarial Amazónico y a un grupo de laicos que se preparan en el Vicariato de Iquitos para el diaconado permanente. Dos o tres días salgo a visitar comunidades con un pequeño bote por el río. Y el resto de la semana lo paso en Aucayo acompañando a esta comunidad y a un colegio de primaria y secundaria, propiedad del Vicariato, con más de 300 alumnos procedentes de varias comunidades.
¿Qué proyectos sociales desarrolla desde su labor pastoral? Uno de los servicios principales que realizo en estas comunidades es la promoción y defensa de los derechos humanos, el asesoramiento legal con la ayuda de la Oficina Vicarial de la Defensa de la Vida y la Cultura, el empoderamiento de la mujer mediante encuentros y pequeños cursos, la prevención de la trata de personas y la sensibilización sobre temas de ecología integral.
¿Podría contarnos algún proyecto concreto que haya conseguido recientemente? El último proyecto que he realizado, con ayuda de los donativos recibidos de amigos, el Grupo de Misiones de Campo de Criptana y alguna parroquia de la diócesis de Ciudad Real, ha sido dotar al colegio de un nuevo sistema fotovoltaico, lo que permite bombear agua potable para todo el centro educativo, disponer de un congelador y un frigorífico para la cocina que suministra el desayuno y el almuerzo a todos los estudiantes y abastecer de electricidad a todas las instalaciones del colegio.
Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT ¿Cuál es su próxima prioridad? En la actualidad, estamos pensando en cómo potenciar el empoderamiento de la mujer para conseguir lideresas que verdaderamente gestionen los recursos existentes a favor de las comunidades.
Más fotos: Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT Imágenes de la labor de la misión de Ángel Almansa en la Amazonía Peruana - Foto: LT ¿Le gustaría añadir algo para cerrar esta conversación? Aprovecho la ocasión para agradecer de corazón a todos los que colaboran de un modo u otro con esta misión de Aucayo, porque sin su ayuda y su oración sería muy difícil dar pasos para hacer realidad esos sueños con los que el Papa Francisco nos entusiasmó y el Papa León XIV nos invita a continuar.