El historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, exdirector del Instituto Cervantes, hijo del también historiador y expresidente de la República en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz, ha presentado una reclamación para que le sean restituidos dos cuadros que actualmente forman parte de la decoración del Parador Nacional de Almagro y que asegura que le fueron incautados a su familia tras la Guerra Civil.

La noticia ha sido adelantada por el periódico digital elDiario.es, que precisa que los lienzos, sendos retratos de una dama y un caballero con la cruz de Calatrava en el pecho, son obras de Felipe Diriksen, pintor nacido en San Lorenzo del Escorial en 1590 y fallecido en Madrid en 1670.

Según el relato del historiador, las dos piezas formaban parte del patrimonio de la familia Sánchez-Albornoz y se encontraban en el despacho de su padre, en su domicilio de la calle Ferraz de Madrid cuando empezó la Guerra Civil.

La familia se trasladó a Francia durante la guerra y la casa quedó al cuidado de sus abuelos, que decidieron llevar los bienes a un guardamuebles, momento en el que se presentó un comando que realizó la incautación de muebles y obras de arte.

Sánchez-Albornoz comenta que nunca había dejado de buscar estos lienzos y en el pasado su familia había recibido algunas indicaciones de donde se encontraban las obras sin que pudiera reclamarlas. La localización definitiva se produjo cuando un profesor de Historia del Arte le avisó de su localización. Así, el retrato del caballero se encuentra actualmente en uno de los pasillos del parador que conduce a la bodega.

El historiador reclama que el Estado haga pública una lista de bienes incautados tras la Guerra Civil que facilite la reclamación de las familias afectadas por dichas apropiaciones y que facilite indemnizaciones por las obras que no sea posible recuperar.

Esta reclamación sigue la senda que abrió el pasado mes de agosto la familia del naviero bilbaíno Ramón de la Sota, vinculado al PNV y que igualmente habían sido incautadas por el régimen franquista y que se encontraban en el Parador de Almagro.

En este caso, las obras objeto del litigio eran un Retrato de la reina María Cristina de Borbón, de Vicente López Portaña (1772-1850), y un Retrato de un caballero atribuido a Frans Porbus El joven, artista que desarrolló su carrera entre los siglos XVI y XVII.

Esta devolución llamó la atención en su momento puesto que la Abogacía del Estado, a diferencia de la postura que había mantenido en anteriores reclamaciones de las familias, recomendó al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo la restitución de los cuadros, que inmediatamente fueron expuestos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao por decisión de los familiares de Ramón de la Sota.